El papa Francisco llamó a aliviar las cargas e incluso condonar el endeudamiento externo y evitar las sanciones que impiden a los países combatir la pandemia del coronavirus.
Al impartir la bendición tradicional Urbi et Orbi tras la misa del Domingo de Pascua en el Vaticano, el pontífice pidió que a los pobres, a los presos y a los sin hogar "no les falten los bienes de primera necesidad, más difíciles de conseguir ahora cuando muchos negocios están cerrados, como tampoco los medicamentos".
En ese contexto, exhortó a que "se relajen además las sanciones internacionales de los países afectados, que les impiden ofrecer a los propios ciudadanos una ayuda adecuada". “Este no es el tiempo del egoísmo”, resaltó.
Para los países más endeudados, Francisco pidió reducir o hasta condonar "la deuda que pesa en los presupuestos de aquellos más pobres", según consignó la agencia rusa Sputnik.
"Este no es el tiempo de la indiferencia, porque el mundo entero está sufriendo y tiene que estar unido para afrontar la pandemia", insistió.
Asimismo, pidió que Europa que deje a un lado las “rivalidades” y se avoque a lograr “soluciones innovadoras”. “Hoy, la Unión Europea se encuentra frente a un desafío histórico, del que dependerá no sólo su futuro, sino el del mundo entero. Que no pierda la ocasión para demostrar, una vez más, la solidaridad, incluso recurriendo a soluciones innovadoras”, afirmó.