En público y en privado, desde el Gobierno de la Ciudad salieron a respaldar el violento accionar de las fuerzas de seguridad, que detuvo a cuatro docentes cuando intentaban instalar una nueva carpa blanca frente al Congreso de la Nación.
En un comunicado, el Ministerio de Espacio Público aseveró que "se evitó el armado de una estructura en la Plaza del Congreso cuando un grupo de gremialistas docentes comenzó hoy, a las 13 horas, a instalar la misma sin ningún tipo de permiso" y agregó que, por eso, "se labraron actas de infracción por el uso indebido del Espacio público".
Ante el pedido de que siguieran la protesta sin hacer un paro, CTERA decidió cambiar la modalidad y optó por poner una "carpa itinerante" donde se explicara el conflicto. Sería una suerte de revival de la mítica carpa blanca que los maestros montaron a finales de los '90 para pedir aumento salarial. Pero ni eso fue suficiente.
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"Se instalaba una carpa que no se iba más, es lo que ellos buscaban (los incidentes)", aseguró una fuente del Ministerio de Justicia y Seguridad porteño a El Destape, quien a la vez resaltó que la carpa "no tenía permiso" para ponerse allí.
En medio de la represión, el programa Economía Política mostró que el gremio CTERA pidió el permiso correspondiente el viernes 7 de abril, avisando que el próximo lunes (por hoy) iba a realizarse un acto en la Plaza de los Dos Congresos.
En on, algunos funcionarios de menor nivel se refirieron de forma favorable al accionar policial. El coordinador de Emprendimientos Sociales Inclusivos del GCBA, Yamil Santoro, calificó el conflicto docente de "distrital de la PBA" y que "el espacio público no puede ser apropiado de forma ilegal".
"En la Argentina todos los ciudadanos somos iguales ante la ley. También un docente. Si viola la Ley tiene las mismas consecuencias que otro", escribió en su cuenta de Twitter.
En esa línea se expresó el diputado provincial de Santa Fe, Roy López Molina: "Ni represión ni maestros: los mismos de siempre intentando instalar el kaos nuevamente en una Argentina que decidió cambiar".
Quien se despegó fue el radical Ricardo Alfonsín, uno de los correligionarios más críticos al accionar del PRO dentro de Cambiemos: "No hay razón para la violencia ejercida hoy contra los docentes. Así no resolveremos los problemas".