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Cristina se presentó a las 10 de la mañana para presentar un escrito al juez federal Claudio Bonadio, que la llamó a indagatoria por la venta de dólar futuro sobre el final de su mandato, a partir de una denuncia que presentaron los legisladores Mario Negri y Federico Pinedo.
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En su discurso, CFK pidió mirar a "los que dicen una cosa en los medios y votan otra en las bancas", en lo que fue un golpe elíptico a los legisladores del peronismo que apoyaron el acuerdo con los fondos buitre que rubricó el gobierno de Macri. "Las instituciones exigen y la democracia exige que cada uno represente el voto que lo llevó a esa banca", agregó, lo que provocó el insulto de los asistentes y el grito de traidor al actual diputado del Bloque Justicialista Diego Bossio.
En ese momento, Cristina paró en seco la ola de insultos y silbidos y respondió: "Así no van a convencer a nadie. Cuando los dirigentes no respondan a ustedes, no esperen salvadores ni mesías".
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Además, Cristina le pidió a sus seguidores "no enojarse" con aquellos que votaron a este Gobierno y que pregunten "si conocían la causa Manliba y la de contrabando", dos expedientes judiciales que investigaron la labor de Mauricio Macri cuando era solo un empresario.
También convocó a los dirigentes gremiales a formar parte de un gran frente ciudadano, "a esos que nos hacían huelga por Ganancias y ahora están echando gente como perros". La ex presidenta sostuvo que "la palabra traición es fuerte".
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