El macrismo ya tiene su Proyecto X

17 de octubre, 2016 | 09.11
El Gobierno nacional ya tiene su Proyecto X, el cuestionado plan de inteligencia interna para espiar supuestas "acciones desestabilizadoras" vinculadas a la protesta social. A pesar de estas expresamente prohibido por ley, estas acciones que se descubrieron durante el último gobierno kirchnerista siguen vigentes.

Este contenido se hizo gracias al apoyo de la comunidad de El Destape. Sumate. Sigamos haciendo historia.

SUSCRIBITE A EL DESTAPE

Según reportó el matutino Ámbito Financiero, la Gendarmería nacional sigue observando a dirigentes sociales y organismos que han realizado diversas protestas contra Macri y gobernadores aliados, como el de Jujuy.

"Se aprecia que sectores no afines al oficialismo provincial y nacional se encuentran llevando a cabo una campaña de desprestigio"

Ese diario accedió a un informe realizado durante agosto y septiembre y daba cuenta del seguimiento a gremios estatales de Jujuy. También contiene información sobre los cacerolazos del último 4 de agosto, contra los tarifazos dispuestos por Aranguren. Allí, se enumera los lugares de concentración, al igual que con distintas manifestaciones de la Tupac Amaru y la Corriente Clasista y Combativa (CCC).

Entre los espiados figuran la Tupac Amaru, la CCC, el FIT y el Ce.Pro.D.H.

Otro informe datado el 3 de septiembre contiene información de la convocatoria realizada por el FIT y el Centro de Profesionales por los Derechos Humanos. Allí se escribe: "Se aprecia que (estos dirigentes) y sectores no afines al oficialismo provincial y nacional, se encuentran llevando a cabo una campaña de desprestigio contra el Gobierno mediante los medios de comunicación social, Facebook, Twitter y prensa digital de la provincia de Jujuy". "Se estima que estas actividades se irán incrementando en forma paulatina con el objeto de perjudicar la imagen del Gobierno provincial y nacional, con el fin de crear situaciones que distraiga al P.E.P. en sus objetivos gubernamentales", añade el informe.

Ámbito describe cómo sería el circuito de esa información: los datos eran elaborados en las delegaciones provinciales de Gendarmería, luego pasaba por una oficina de análisis, asentada en el edificio Centinela de la Ciudad, para luego ser enviada al Ministerio de Seguridad de la Nación, que prometió una investigación al respecto.