Las provincias productoras de hidrocarburos y los gremios del sector aseguraron anoche que el gobierno nacional y las empresas petroleras llegaron a un principio de acuerdo sobre la posibilidad de bajar 7 dólares la cotización del barril de crudo que se le vende a las refinerías, reducir 5% el precio de venta al público de la nafta y establecer una baja en el Impuesto a la Transferencia de Combustibles.
Y si bien hacia la medianoche fuentes oficiales desmintieron la firma de un documento y anunciaron un cuarto intermedio hasta las 10 de la mañana, el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, dio por hecho el entendimiento para reducir los valores al público de los combustibles.
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“Es una muy buena noticia arrancar 2015 con un precio inferior, en un contexto en el que ha bajado el precio internacional”, expresó el ministro, en su habitual contacto con periodistas en la Casa de Gobierno a la vez que planteó que esa reducción debería tener “incidencia” en “toda la cadena productiva”.
Capitanich criticó además la “estrategia distorsiva de los medios” que “señalaron que es poco” el porcentaje de baja del precio, y señaló que “los costos de flete no deberían aumentar” ya que “forman parte de los costos de producción”.
El gobierno de Chubut, en representación de las provincias de la Organización Federal de Estados Productores de Hidrocarburos (OFEPHI), hizo público ayer el convenio entre todos los actores y festejó la búsqueda de "evitar el impacto negativo de la crisis petrolera internacional". El mensaje tuvo lugar a las 9 de la noche, tras todo un día de reuniones entre los actores del mercado, pero su impacto duró sólo un par de horas ya que terminado el último encuentro fuentes presentes en el Ministerio informaron que no se había logrado la firma final, por eso volverán a verse esta mañana, en buscar de sellar el acuerdo.
Así se evidenció que las provincias aceptaron el recorte de U$S7 en el valor del barril, pero que traducir eso en un acuerdo final con impacto real en el bolsillo de los consumidores implicaba mucho más trabajo. "Estamos en el Ministerio a las 23, sería ilógico si estuviera todo cerrado. Hay que preguntarle al gobernador por qué confirma algo que no depende de él. Nosotros seguimos negociando y la palabra final la tienen las petroleras y el gobierno", le dijo a El Destape una de las personas presentes en el lugar donde se busca determinar la baja de la nafta.
La idea del Gobierno cuenta con el apoyo de las refinerías, que en la actualidad siguen pagando el barril a unos 80 dólares y no pueden beneficiarse con el precio internacional que ronda los 55 dólares. En tanto, la resistencia aparece por el lado de las petroleras, ya que deberían resignar ingresos fundamentales para llevar adelante sus planes de inversión.
Según la OFEPHI, el borrador que finalmente el Ejecutivo no dio todavía por concretado contaba con las firmas del presidente de YPF, Miguel Galuccio y representantes de Pan American Energy; los gobernadores de Neuquén, Chubut y Jujuy; el viceministro de Planificación Federal, Roberto Baratta; la secretaria de Energía, Mariana Matranga; los secretarios generales de Petroleros Convencionales, Jorge Ávila, y Jerárquicos, José Lludgar, y sus pares de las provincias de Santa Cruz, Neuquén, Mendoza y Río Negro.
El consultor Eduardo Barreiro analizó en diálogo con este medio que un 5% serviría como una señal positiva para el mercado, pero que más sería un exceso. "Por el momento no tiene sentido ir más allá. Hay que ver cómo avanza el precio internacional y volver a analizar el escenario recién en marzo", planteó.
Si se confirmara el acuerdo, Argentina se sumaría a una tendencia mundial, ya que por ejemplo la baja del barril de WTI produjo que los precios de combustibles en Estados Unidos se hundan inmediatamente hasta niveles de 2010. Según una estimación de Goldman Sachs, los consumidores norteamericanos ya se ahorraron unos U$S 75 mil millones en los últimos seis meses gracias a la caída del gasto en nafta. Si se mantuviera este escenario, cada hogar podría llegar a ahorrarse unos U$S 1,100 anuales.
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