El Gobierno nacional busca aplicar una reforma laboral mucho más dura que la que consensuó con la cúpula de la CGT. Lo hará a través de los convenios colectivos, donde piensa flexibilizar las condiciones de contratación y despido de una forma más explícita que en el texto presentado al Congreso de la Nación.
La información fue revelada por el diario La Nación. Allí, remarca que el Gobierno busca colar en las negociaciones colectivas algunas cuestiones que no pudieron ser incorporadas en el texto de la reforma o que se intentó y fueron sacadas, como el banco de horas. Así, pasa por alto lo acordado en el diálogo con el triunvirato de la CGT.
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Uno de ellos es el "fondo de cese laboral", que busca replicar un modelo que hoy se usa en el sector de la construcción. En el nuevo texto de la reforma se estableció que los aportes deben ser hechos "exclusivamente" por el empleador. Sin embargo, el Gobierno quiere ampliar la cantidad de sectores que usen este sistema y abrir la puerta a que el trabajador ponga dinero para abonar una parte de su salario.
Otro aspecto que el Gobierno eliminó del texto de la ley y que el ministerio busca colar en las discusiones paritarias es el del "banco de horas", una forma que evitaría los pagos por horas extras a cambio de compensar en otros días. En algunos sectores y empresas se utiliza ese sistema, aunque con diversas excusas los trabajadores van acumulando las horas sin poder usarlas.
Además, Triaca & cía. impulsan la modificación de otros aspectos de los convenios, como la eliminación del pago de adicionales y plus por antigüedad, que suman al salario mensual de los trabajadores.
Asimismo, otro aspecto con el que el Gobierno busca reducir los costos salariales es con el techo a las paritarias, que para 2018 planean ubicar en torno al 10 por ciento, en sintonía con la meta de inflación que el Gobierno incumplió en 2016 y 2017.
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