El Gobierno finalmente volvió a postergar el aumento del combustible para evitar un impacto en la inflación en medio del clima electoral. Si bien las petroleras buscaban que se concrete el aumento en agosto, la administración de Mauricio Macri lo pospuso para septiembre, en busca de una "mayor gradualidad".
Según se publicó en el decreto 530/2019, "resulta conveniente prever una mayor gradualidad, determinando que el incremento total en los montos del impuesto originado en la actualización de que se trata, surta efectos para los hechos imponibles que se perfeccionen desde el 1° de septiembre de 2019".
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El Gobierno anunció a fines de junio que aumentaría sólo en parte el impuesto a los combustibles (ILC) que se actualiza de manera trimestral tomando como referencia la inflación. El tributo tendría que haberse aplicado a principios de julio, pero en la Secretaría de Energía decidieron postergarlo para evitar un impacto en el Índice de Precios al Consumidor.
Según estimó la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines (CECHA) semanas atrás, el aumento postergado es "de alrededor de 90 centavos, un peso". Esa entidad había subrayado que de acuerdo con las dos principales variables, que son el crudo y el tipo de cambio, no habría motivo para que se dé un nuevo aumento en agosto.
Aclaró que la situación podría cambiar si hubiera "una disparada del crudo, que superara los 66 dólares el barril o un tipo de cambio por encima de los 45 pesos y medio".