Ante la paranoia sobre un eventual faltante de suministros, el Gobierno tendría planeado aplicar la Ley de Abastecimiento, un elemento para garantizar tranquilidad al consumidor. En otro países del mundo, las personas inundaron los comercios y vaciaron las góndolas.
La Ley de Abastecimiento (20.680) fue sancionada en junio de 1974 durante los últimos días de la presidencia de Juan Domingo Perón, años en que comenzaban a sentirse los primeros efectos de la alta inflación. Tuvo una modificación en 2014 (26.991) bajo el impulso del exsecretario de Comercio Guillermo Moreno.
Según reportó Ámbito Financiero, el Gobierno planearía ponerla en funcionamiento si detecta irregularidades en el mediano plazo.
De esta forma, la nueva versión excluye del alcance a las micro, pequeñas y medianas empresas siempre y cuando no tengan posición dominante en un mercado. Originalmente, se preveía penas de cárcel, pero la reforma la eliminó. Se fijan multas de hasta $ 10.000 millones, decomiso de mercadería, cierre, clausuras, suspensión de dos años para ejercer comercio, y de 5 años para ser proveedor del Estado, entre otras penalidades.
De momento, el sector no proyecta problemas de este tipo, pero el propio presidente, Alberto Fernández, afirmó que será “inflexible” ante cualquier maniobra anormal. De hecho, el presidente de la Federación Argentina de Supermercados, Víctor Palpacelli, aseguró al El Destape Radio que el abastecimiento de alimentos está garantizado: “Hay que llevar tranquilidad, consideramos que no van a faltar alimentos básicos".
"Hemos tenido una venta que en algunos casos superó las fiestas de navidad y año nuevo" afirmó Palpacelli, quien además destacó que “en los últimos 3 o 4 días hubo una venta extraordinaria producto de esta psicosis que hizo que el consumidor se agolpe a los supermercados".