El Gobierno, en un intento por bajar el tono a la confrontación y generar menos rispideces con la oposición, jueces y fiscales, prefirió hoy no salir a cuestionar a Natalia Fernández, la testigo del procedimiento en el departamento de Nisman la noche en que fue hallado muerto en el baño con un balazo en la cabeza y que denunció graves irregularidades en el operativo. Por el contrario, se limitó a reclamar que la joven ratifique sus dichos ante la Justicia.
El secretario general de la Presidencia, Aníbal Fernández, consideró "absolutamente respetable y creíble" lo que dijo la testigo del operativo tras la muerte del fiscal federal, y reconoció que "si lo ratificara" en sede judicial, "eso va en camino a la nulidad de esa parte del procedimiento".
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"¿Lo ratificará ante la Justicia? Una cosa es hablar ante un medio y otra ante un juez", planteó el funcionario
En declaraciones a la prensa al ingresar a la Casa de Gobierno, Fernández consideró que "es respetable y creíble" lo que señaló la testigo y agregó: "No tengo otro remedio que respetarla".
Luego, el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, añadió sobre los dichos de Fernández que "deberá efectuar su declaración judicial" para ratificar los fallos en el procedimiento que dice haber observado en la madrugada del 19 de enero. "No tenemos nada más que agregar a los dichos de las partes", remarcó Capitanich sobre la respuesta de la fiscal del caso, Viviana Fein.