El Gobierno nacional juega sus últimas fichas para intentar salvar un modelo económico que hace agua por todos lados y ahora busca un (nuevo) financiamiento de hasta 15 mil millones de dólares con el Fondo Monetario Internacional (FMI) o con el propio Tesoro de los Estados Unidos.
Ni el cambio de Gobierno en 2015, ni el triunfo de 2017, ni el acuerdo con el Fondo o la condición de mercado emergente lograron lo que el Gobierno había prometido: estabilidad y crecimiento ecónomico sostenido. Sin embargo, ahora juega una nueva (y muy probablemente, la última) carta para sobrevivir: un nuevo préstamo que garantice, esta vez, que el Gobierno tiene los fondos para llegar al menos hasta 2019.
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Según los matutinos Ámbito Financiero y El Cronista, la primera opción es una reformulación del acuerdo con el FMI. Así, el Gobierno usaría los 50 mil millones de dólares en dos años, en lugar de los tres del acuerdo inicial, y cubriría (dicen) las necesidades financieras del Estado hasta el final del mandato de Mauricio Macri.
La alternativa que manejan es pedir un préstamo al Tesoro de los EE.UU. por 15 mil millones de dólares para reforzar los fondos que vienen del FMI. Eso tendría que negociarlo Macri con el propio Donald Trump, en momentos en donde EE.UU. refuerza su posición nacionalista y se muestra reacio a usar el dinero de los contribuyentes norteamericanos para ayudar a otros países.
Tanto una opción como otra tienen el mismo objetivo: lograr el tan demorado "shock" de confianza que ayude a bajar el riesgo país y ponga fin a la devaluación sostenida del peso por la fuga de capitales, que en casi tres años de Macri llegó a 52 mil millones de dólares. El drenaje de la divisa, producto del déficit comercial y de cuenta corriente de la balanza de pagos, ya no puede financiarse en el mercado de bonos, ya que la suba del riesgo país encareció la toma de deuda.