El gobierno distribuirá más de cien mil kits para realizar el testeo del coronavirus en todo el país, multiplicando la capacidad de diagnóstico de la enfermedad y reduciendo los tiempos de espera. Es el siguiente paso en la estrategia para enfrentar a la pandemia. En los próximos días, todas las provincias tendrán al menos un laboratorio público donde se realicen los exámenes. Los centro de salud privados también fueron habilitados para chequear los casos sospechosos.
El aumento de pruebas de laboratorio es una de las herramientas recomendadas por la Organización Mundial de la Salud para combatir la pandemia. En un primer momento, por la escasez de reactivos, un problema global, la Argentina centralizaba todas en el Instituto Malbrán de la ciudad de Buenos Aires, centro de referencia en la materia. A partir del viernes pasado, ya son seis las provincias donde hay laboratorios que comenzaron a llevar a cabo el procedimiento: Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, Chaco y Tierra del Fuego.
Un cambio en el protocolo también amplió el universo de pacientes que pueden hacerse el test: antes, para no sobrecargar la capacidad del Malbrán y por la dificultad de obtener los kits solamente se evaluaba a aquellos que tuvieran síntomas compatibles y nexo epidemiológico conocido, es decir que hubieran estado en zonas de riesgo o en contacto con otro caso confirmado o sospechoso. Ahora, todos los que muestren algún indicio de haber sido infectados por el virus deberán realizarse la prueba.
El gobierno distribuirá en el corto plazo suficientes kits para realizar testeos en 35 centros de todo el país, cuyos profesionales terminarán de capacitarse esta semana. Hoy se cuenta con 65.500 unidades, antes del fin de semana esperan que entren 11.000 más y hay otra compra programada por 42.000 kits adicionales. Desde el Malbrán se distribuyen entre los laboratorios a medida que sean necesarios. No es casual que las primeras provincias que comenzaron a testear sean las más populosas y las más afectadas por el virus.
La mayoría de los recursos estarán volcados en la provincia de Buenos Aires, especialmente en el conurbano, una zona que puede volverse crítica si no se controla la emergencia a tiempo. Allí funcionarán 19 centros de análisis con capacidad para analizar hasta dos mil muestras diarias, en un esfuerzo coordinado entre hospitales públicos, universidades, el CONICET y la secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación bonaerense. Los datos obtenidos se incorporan en tiempo real al Sistema Integrado de Información Sanitaria.
Desde el viernes, ya se hacen pruebas en el Hospital Posadas, de Morón, y en el Instituto de Epidemiología Jara, en Mar del Plata. En los próximos días se incorporarán los centros de salud Argentino de Azul; Alende, también de Mar del Plata; Penna en Bahía Blanca; San Juan de Dios y Rossi, de La Plata; Eva Perón, de San Martín; Paroissien, de La Matanza; El Cruce, de Florencio Varela; Evita, de Lanús y Fiorito de Avellaneda, entre otros.
Además, el Anmat autorizó el sábado pasado diez reactivos de seis laboratorios distintos que pueden ser adquiridos por centros de salud privados para realizar las pruebas de laboratorio a sus pacientes, volcando luego los resultados al sistema informático centralizado del ministerio de Salud. Por cuestiones de logística, los kits de diagnóstico en muchos casos aún no habían llegado a las clínicas, pero desde la cartera aseguran que el problema se solucionará antes del fin de semana.