Todos dan por descontado que el futuro gobernador de Santa Fe, Omar Perotti, no dirá una sola palabra sobre su Gabinete antes del 27 de octubre. Sin embargo, en su entorno comentan que ya hay nombres definidos y otros en danza. En rasgos generales, pagará con lugares el empuje de todos los sectores del peronismo que se aliaron para posibilitar su victoria, y los que él elija serán funcionarios de perfil técnico y sin vuelo político, cuadros que no le hagan sombra ni le disputen liderazgo.
“La cabeza de todo va a ser él. Esperate una conferencia de prensa con todos sus ministros detrás, dando el mensaje de que el que manda es el gobernador”, desliza una fuente cercana a la mesa de transición. “Todo lo va a decidir Perotti junto a (Roberto) Mirabella”, insisten en referencia a la mejor espada del rafaelino y quien lo suplantará en el Senado nacional cuando asuma en la Casa Gris.
Los que sí
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Hay algunos puestos que ya están casi confirmados. Desarrollo Social estaría comandado por el senador por el departamento San Jerónimo Danilo Capitani, compañero de fórmula de María Eugenia Bielsa, a quien se la ve revalorizada luego de que su nombre sonara para un futuro Ministerio de Vivienda nacional en caso de que gane el Frente de Todos. El apoyo de la arquitecta fue fundamental para la victoria peronista en Santa Fe luego de perder la interna, y el futuro gobernador se lo reconoce.
De hecho, en Educación iría otra mujer de su círculo, Carola Nin, quien ya fue ministra de Educación entre 2003 y 2005. Nin es esposa del ex diputado provincial y dirigente peronista, Marcelo Gastaldi, principal armador de la candidatura del periodista Marcelo Lewandoski, quien representando al sector de Bielsa le ganó por paliza nada más y nada menos que a la intendenta Mónica Fein en la categoría senador.
En tanto, ya está casi cerrado que el concejal de Rosario y ex jefe de Ansés en la ciudad Roberto Sukerman se haga cargo de la cartera de Trabajo. "No queremos hablar, hay que gobernar", comentan en su entorno, pero deslizan que está a un paso del Ministerio. Abogado constitucionalista y ex candidato a intendente (quedó a unos pocos miles de votos de quedarse con el municipio), Sukerman fue uno de los precursores en el país de los amparos por quita de pensiones a personas con discapacidad que cometió el gobierno nacional. Reporta a la línea de Agustín Rossi.
Los casi
La negociación con el kirchnerismo por los puestos en el gabinete la cerró el mismo Perotti. “Omar se sentó con Agustín y Leandro (Busatto, futuro jefe del bloque justicialista en Diputados) y les pidió dos nombres, uno de Rosario y otro de Santa Fe. Uno fue el de Sukerman a Trabajo, y el otro era Facundo Olivera a Desarrollo Social, que ya estaba comprometido para Bielsa”, relata un actor con acceso a la mesa chica. Finalmente, el hijo de Raúl Olivera, presidente del PJ en Santa Fe, irá en un segundo puesto en esa cartera.
Otro nombre puesto es el del contador Rubén Michlig como ministro de Gobierno, cargo similar al que ocupó con Obeid. En Hacienda había circulado el del exministro Walter Agosto, pero hubo ruidos internos por su perfil que quizás haga cambiar de nombre. En Comunicaciones, es ficha puesta Miguel Ángel “Mono” Altamirano, quien fuera jefe de campaña del exgobernador entrerriano Sergio Urribarri y gerente de Relaciones Institucionales del diario Uno de la capital provincial. En Producción se oyó, como rumor, que podría ser Daniel Costamagna, un productor lechero de Rafaela que ocupó el cargo de secretario de Agricultura hasta 2007 y hoy preside la cooperadora del INTA en la perla del oeste.
En Cultura aún hay dudas, porque la disputa es entre varios. Los nombres que han sonado son los de la diputada provincial Claudia Giaccone, y un grupo de Santa Fe ligado a quien fuera candidato a sernador por el kirchnerismo, Claudio Cherep. En un primer momento se conoció la intención de Jorge Llonch, quien ocupó ese lugar durante la última gestión de Obeid, pero a Perotti no le habría gustado la idea porque se trata del esposo de su vicegobernadora Alejandra Rodenas.
Por otra parte, ministerios nuevos o de menor perfil político como Ambiente, Ciencias, Servicios Públicos, Obras Públicas e Infraestructura podrían fusionarse. “Los creó el socialismo para darle lugares que le debían a los radicales, y Omar prometió bajar el costo político”, comentan en el peronismo.
En tanto, Marcelo Sain es por ahora el único que suena en Seguridad. “Tiene muchas propuestas y labura”, afirman desde el sector más progresista que potencia su presencia en tan álgida cartera. Sin embargo, esa elección le traería a Perotti problemas con el ala más conservadora del peronismo, que prefiere una política punitivista y de mano dura, con mejor relación con la cúpula policial y a quien el término “reforma” le suena a mala palabra.
Ruido interno
Esta rencilla con ese sector provocó el portazo a la mesa de transición de Armando Traferri, que de esa forma se habría quedado afuera de la negociación por lugares en el gabinete. Fue hasta hace poco y durante años el líder del bloque de senadores peronistas que tiene mayoría en el Senado provincial (hoy son 11 sobre 19), y fue uno de los principales armadores del salto a la política de la exjueza Rodenas.
Sin embargo, habría perdido mucho poder este año. Fuentes del peronismo dicen que la relación está rota, y a Rodenas se la ve muy activa participando junto a otros referentes nacionales de la campaña de Alberto Fernández, mientras Perotti se ocupa de la transición. Afirman que el senador pidió los ministerios de Seguridad y Justicia, pero el rafaelino consideró que el sector ya estaba “pagado” con la candidatura de Rodenas.
Por eso, esta semana hubo más cortocircuitos cuando Traferri empezó a negociar con el actual oficialismo sacar algunas leyes que comprometen más presupuesto para Rosario y Santa Fe, las dos ciudades más grandes de la provincia que estarán bajo dominio del Frente Progresista una vez que deje la Gobernación. “Lo quieren atar de pies y manos a Perotti, Traferri amenaza con jugar con (Miguel) Lifschitz”, comentó una legisladora del PJ en referencia al actual gobernador, que seguramente conduzca con mayoría la Cámara de Diputados a partir del 10 de diciembre, desde donde conducirá una oposición férrea.
Pero el sanlorencino ya no sería tan cacique en el Senado: “Ya no todo el bloque le obedece”, dejó entrever la dirigente que pidió reserva de su nombre. La pulseada seguirá jugándose hasta que el gobernador electo confirme los nombres. Y para eso habrá que esperar la resolución de la elección nacional.
*Nicolás Maggi es corresponsal de El Destape en Santa Fe.