El Gobierno nacional sostiene que Argentina dejó atrás la recesión del 2016 pero busca explicaciones de por qué ese supuesto bienestar no llega al común de la población. Para ello, apunta a varios frentes, pero principalmente a las elecciones y "la política".
De acuerdo al diario Clarín, el Gobierno apunta a tres frentes para justificar por qué los datos económicos positivos que los funcionarios muestran no se reflejan en el bolsillo de los asalariados, producto de la devaluación de diciembre de 2015 y los tarifazos que continúan.
Uno de ellos es la política. Para el Gobierno, el clima electoral hace que no se perciba los beneficios de la reactivación. “La percepción del público sobre qué sucede con la economía está determinada por su percepción de la política", le reveló un alto funcionario al Gran Diario Argentino.
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En el gabinete sostienen que la crítica de la oposición a la situación actual, con el eje en la caída del consumo, hacen mella. Y recuerdan que la suba del dólar de los últimos días, avalada por el propio Banco Central, estaría vinculada al crecimiento de Cristina en las encuestas.
Pero eso no es todo: en la Casa Rosada señalan también que la reactivación no se siente porque "una porción de la población que no se vincula con los sectores más dinámicos de la economía". En pocas palabras, trabajan en los sectores más afectados por las medidas de Macri, que son a su vez los generadores de empleo intensivos. El repunte del campo y la construcción no alcanza para compensar la caída de la industria manufacturera. Sobre el empleo informal, la explicación es aun más sorpresiva: "Hay una parte de la población que no depende del vínculo con la economía”.
Por último, dicen que la reactivación no se siente porque "recién arrancó". Según el oficialismo, la economía comenzó a marchar hace solo 100 días, pero esperan que en octubre, mes de las elecciones generales, "la temperatura en la calle sea mejor".