19 de febrero, 2020 | 20.31

Exclusivo: el Gobierno confía en que el FMI acepte cuatro años de gracia para pagar la deuda

El ministro de Economía negocia un período de no pago de la deuda. A la par, el organismo le pidió a los bonistas que acepten una quita.

Luego de una semana de arduas negociaciones, el gobierno de Alberto Fernández avanzó en su propuesta para imponer un período de gracia para el mayor préstamo en la historia del FMI. A la par, el organismo le pidió a los bonistas que acepten una quita en una deuda que, admitió, es "insostenible". El ministro de Economía, Martín Guzmán, viajará a reunirse con la titular del organismo en los próximos días.

Si bien la misión que hoy se retiró del país no tomó una decisión final, desde el Palacio de Hacienda vieron disposición en el Fondo en aceptar un período de gracia de tres a cuatro años antes de empezar a pagar el crédito de U$S 44.000 millones, según pudo saber El Destape. Esto jugaría como una suerte quita, confían, y colaboraría en mejorar el perfil de vencimientos de la deuda.

Fue, justamente, la despreocupación de la gestión anterior en planificar los pagos de los bonos que suscribió que los delegados del FMI plantearon que "la deuda de Argentina no es sostenible", a diferencia de lo que habían observado en julio del año pasado. "Específicamente, nuestra visión es que el superávit primario que se necesitaría para reducir la deuda pública y las necesidades de financiamiento bruto a niveles consistentes con un riesgo de refinanciamiento manejable y un crecimiento del producto potencial satisfactorio no es económicamente ni políticamente factible", precisaron en un comunicado.

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Acto seguido, la misión del organismo le pidió a los acreedores privados de un esfuerzo, que se lee como una quita de capital: "Se requiere de una operación de deuda definitiva, que genere una contribución apreciable de los acreedores privados, para ayudar a restaurar la sostenibilidad de la deuda con una alta probabilidad. El personal del FMI hizo hincapié en la importancia de continuar un proceso colaborativo con los acreedores privados para maximizar su participación en la eventual operación de deuda".

Tanto en la Casa Rosada como en el Ministerio de Economía recibieron a estas palabras como un apoyo explícito al diagnóstico que el Frente de Todos realizó desde la campaña electoral. Desde ambos recintos coincidieron en que el comunicado no tiene antecedentes y que les brinda un apoyo para la reestructuración con los bonistas privados.

El terreno de menores coincidencias entre el Gobierno y el Fondo es el del marco que tendrá el nuevo acuerdo. El Ejecutivo rechaza mantener en un programa "stand by" o ir a uno de "facilidades extendidas". Cualquier tipo de tutela que mantenga el FMI sobre las políticas internas queda afuera de la mesa, detallaron fuentes al tanto de las negociaciones.

En el Palacio de Hacienda confían en finalizar pronto las discusiones con el Fondo, lo que inclinaría a su favor la balanza en la reestructuración de los bonos con privados. El agitado cronograma que preparó Guzmán prevé un cierre al debate de la deuda para el 31 de marzo.

El jefe de la delegación, Luis Cubeddu y la directora adjunta del departamento del Hemisferio Occidental, Julie Kozack, se reunieron con Guzmán, pero también con autoridades del Banco Central, del Indec y los ministros de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, de Trabajo, Claudio Moroni, y de Desarrollo Social, Daniel Arroyo.

El 21 y 22 de febrero, Guzmán dialogará con la directora gerente del organismo, Kristalina Georgieva, en el marco del G20. Allí también tendrá la posibilidad de encontrarse con el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Steven Mnuchin, un hombre clave para conseguir el apoyo de Donald Trump en la negociación.

Por el rechazo de Fernández al acuerdo que no pasó por el Congreso y que se desvió en fuga de capitales, Argentina nunca recibió la totalidad de los U$S 57.000 millones que Mauricio Macri había firmado con Christine Lagarde. Durante su gestión, Macri no reparó en cómo devolver los bonos que emitió, lo que desencadenó esta crisis de deuda. El Centro Suramericano de Estudios Estratégicos de Integración Financiera (CINFIN) corroboró en la Justicia que, en el caso del mega crédito, el Banco Central ni siquiera evaluó con cuántos dólares contaría para abonar las cuotas más adelante.