El gran desarrollo socioeconómico en el mundo de los últimos 50 años está estrechamente ligado al transporte aéreo. En este período, la globalización se vio impulsada por un sector que facilita la movilidad de las personas y las mercancías, a una escala sin precedentes. Por eso, el transporte aéreo se ha transformado en uno de los ejes económicos de la Argentina, apoyando a toda una cadena de valor que incluye PyMEs, corporaciones y multinacionales, y sosteniendo cientos de miles de puestos de trabajo, tanto directos como indirectos. Los empleados que ahora se ven afectados por las consecuencias de la pandemia Covid-19, tienen la oportunidad de capacitarse y profesionalizarse de forma remota, a través de herramientas digitales. Esto es el resultado de las decisiones innovadoras de gremios, empresas, organizaciones e instituciones que apostaron por la inversión tecnológica en los últimos años.
Argentina forma parte de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), que viene alertando a los Estados miembros de las nuevas medidas que apuntan a garantizar operaciones seguras durante la contingencia generada por el Covid-19. Durante estos meses el sector está siendo un pilar de apoyo esencial en la lucha contra la pandemia: empresas como Aerolíneas Argentinas que están abocadas a tareas fundamentales como el envío rápido de suministros, el traslado de equipos médicos o la repatriación de ciudadanos; las aeronaves de transporte military, que permiten el despliegue inmediato y el apoyo de las unidades de emergencia; y los satélites que mantienen las comunicaciones y la banda ancha.
El transporte aéreo en Argentina aporta miles de millones de dólares a la economía local. En total, más de un punto del PIB del país se sostiene con los insumos del sector y los turistas extranjeros que llegan por vía aérea. El necesario aislamiento social preventivo y obligatorio, junto al cierre de fronteras, ha provocado como efecto inmediato que esta industria se reduzca drásticamente e incluso se paralice. Según el vicepresidente regional de IATA para las Américas, Peter Cerdá, la aviación mundial se enfrenta a una crisis sin precedentes. El tráfico de pasajeros se ha detenido y los flujos de caja son hoy casi inexistentes. Se estima una pérdida de ingresos de cientos de miles de millones de dólares en el mundo, una situación desastrosa de la que el mercado argentino no escapará. Ante este panorama desolador, se estima que a nivel mundial la industria sufrirá una severa crisis de liquidez de un sinnúmero de millones de dólares en el segundo trimestre, haciéndose imperioso el apoyo de los gremios para proteger los miles de empleos directos e indirectos generados por el transporte aéreo y reducir el impacto económico, más allá de las medidas proactivas de emergencia ya tomadas por las aerolíneas.
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Las medidas de paralización total o parcial ya afectan a casi 2700 millones de trabajadores, es decir: alrededor del 81 por ciento de la fuerza de trabajo mundial. Durante este tiempo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) nos ha enseñado algo: que la amenaza de un nuevo brote estará siempre presente y no queda más remedio que anticiparse, lo que presenta un enorme desafío en cuanto a la generación de los recursos humanos. En este sentido, podemos ver cómo algunas instituciones han tomado rápidamente cartas en el asunto, anticipándose a los hechos, lo que debe servir como ejemplo para otros sectores en lo que viene.
Como ejemplo, el Instituto de Capacitación de la Asociación del Personal Aeronáutico (ICAPA) pone al servicio de los trabajadores de la actividad una plataforma digital que les permite la capacitación e-learning. Esto fue posible gracias al Convenio de Colaboración Conjunta con el Centro de Desarrollo y Asistencia Tecnológica (CEDyAT - Unidad de Vinculación Tecnológica). Ante un horizonte nacional y mundial de grandes cambios laborales, económicos y tecnológicos provocados por el COVID-19, ambas instituciones han implementado con éxito esta plataforma digital aprobada por los organismos reguladores aeronáuticos, a la vez, que trabajan con otras instituciones académicas para desarrollar a distancia estudios universitarios y proyectos de investigación aplicados a la actividad aeronáutica.
La crisis también ha evidenciado que este tipo de iniciativas y la sinergia entre instituciones educativas, unidades de vinculación tecnológica, Estado y gremios, son clave para asumir los desafíos que vienen.
El futuro, cada vez más digital, exigirá un impulso importante para el desarrollo de diferentes aplicaciones, dispositivos y modalidades para la gestión. Los organismos reguladores deberán modernizar sus reglamentaciones y adaptarlas a las necesidades que vayan surgiendo, sin descuidar en ningún momento la seguridad operacional. El atentado a las Torres Gemelas el 11 de septiembre de 2001 cambió la realidad del sector aeronáutico. Ahora, casi dos décadas después, las circunstancias son diferentes, pero hay que aplicar medidas similares con respecto al personal involucrado en esta nueva situación crítica. Valga decir que, sin medidas de capacitación y formación profesional, las aerolíneas y empresas de transporte aéreo activas en Argentina no estarían en condiciones de continuar sus operaciones en los niveles anteriores a la crisis. Lo que esta asistencia busca es asegurar que todo el personal que no se encuentre desarrollando en este momento actividades esenciales para la vía aérea, se prepare digitalmente para la gestión aeronáutica post-COVID-19, capacitándose, estudiando, visualizando modelizaciones de situaciones posibles, y todas aquellas cuestiones que garanticen la seguridad operacional.
Asimismo, el próximo objetivo de este trabajo conjunto es seguir evolucionando desde la plataforma de educación a distancia hacia una App integral que permita realizar las actividades de formación y gestionarlas desde diferentes dispositivos móviles (Android – IOS). Esta iniciativa posiciona al ICAPA entre las instituciones educativas más modernas y actualizadas de la región, con el doble objetivo de preservar la mayor cantidad de puestos de trabajo posible y garantizar que la conectividad aérea y el turismo puedan recuperarse gradualmente.
El día después no será fácil, pero estamos preparándonos para enfrentarlo.