Poder Ciudadano, la ONG que le sirvió de trampolín político a la titular de la Oficina Anticorrupción, Laura Alonso, festejó anoche sus 30 años de existencia. Fue una excelente oportunidad para aceitar las relaciones públicas entre encumbrados dirigentes del oficialismo como la vicepresidenta, Gabriela Michetti, el canciller, Jorge Faurie y el presidente provisional del Senado, Federico Pinedo, con buena parte de la corporación judicial y el establishment mediático. Así, además del titular de la Corte Suprema, Carlos Rosenkrantz (designado por decreto por Mauricio Macri) en una de las mesas del lujoso Hotel Sheraton Buenos Aires estaba sentado el fiscal rebelde Carlos Stornelli, involucrado en la megared de espionaje ilegal junto al ex espía Marcelo D'Alessio.
"Las reglas no son para que las cumpla otro sino para que las cumplamos todos", dijo en un tramo de su discurso el director de la ONG, Pablo Secchi. En seis oportunidades, Stornelli fue convocado para presentarse a declarar en la causa que investiga el juez federal de Dolores, Alejo Ramos Padilla. Pese a que las normas así lo indican, no fue a ninguna. Hasta la propia Cámara Federal de Mar del Plata ratificó la declaración de rebeldía por parte del funcionario encargado de armar junto al juez Claudio Bonadío la causa por las fotocopias de los cuadernos. Debido a sus fueros y a la protección del Procurador General interino, Eduardo Casal, el fiscal federal nunca fue llevado al juzgado por la fuerza pública, como ocurriría con cualquier ciudadano citado por la justicia.
"Invitamos a los jueces, fiscales, y políticos por su rol institucional. Como invitamos a los jefes de bloque, ex Presidenta, candidatos. La justicia tiene que hacer su trabajo. Nosotros trabajamos con las instituciones", respondió amablemente Secchi al ser consultado por la presencia de Stornelli en la velada, que contó con la participación estelar del ex presidente de Brasil, Fernando Henrique Cardoso y el columnista estrella del diario La Nación, Carlos Pagni. Allí se habló de la transparencia y la importancia de luchar contra la corrupción.
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Según podía verse en otras de las fotos publicadas por el portal Infobae, en otras mesas conversaban animadamente distintos dirigentes de Cambiemos como el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, el jefe del interbloque oficialista en Diputados, Mario Negri y el diputado nacional Daniel Lipovetsky, entre otros.
Una de las últimas apariciones públicas de Stornelli había sido el 29 de mayo, cuando se ubicó muy cerca del presidente Mauricio Macri en el acto por el Día del Ejército. Estaba todavía en pleno auge la investigación en su contra.
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La causa por la que Stornelli fue citado involucra una red de extorsión y espionaje ilegal que atentó contra dirigentes opositores, periodistas y empresarios, entre otros. Políticos, organismos de derechos humanos, ONG's (no precisamente Poder Ciudadano) y juristas de distinto origen consideraron que buena parte de los hechos conocidos a partir de la investigación de Ramos Padilla son nocivos y ponen en jaque la democracia argentina.
De hecho, los vínculos entre Poder Ciudadano y el fiscal rebelde son de larga data. Hace dos años, el periodista del Grupo Clarín, Daniel Santoro --procesado en esta misma causa de espionaje-- contaba que el presidente del Consejo de Administración de Poder Ciudadano, Hugo Wortman Jofre, pondría a disposición de Stornelli sus abogados para defenderlo de otra acusación: haber filtrado anticipadamente a la prensa oficialista el dictamen por el que pedía el desafuero y detención de Julio De Vido.
"Hay algunas cosas con las que no se jode: las instituciones y la integridad que nos garantizan la democracia que nos costó conseguir", cerró Secchi su discurso en el Sheraton. Desde la mesa 8, no muy lejos del escenario, lo escuchaba Stornelli.