Sergio Massa sigue sin poder mantener junto el ganado en la provincia de Buenos Aires. Mientras espera la definición de Martín Insaurralde, sigue sumando problemas entre sus precandidatos a gobernador. Ahora a Darío Giustozzi, que sigue furioso por el affaire con el lomense, se le sumó también el intendente de San Isidro, Gustavo Posse. ¿El motivo? Felipe Solá.
El líder del Frente Renovador visitó este miércoles la localidad bonaerense de Suipacha para participar de un encuentro con productores rurales de la región y llevó al ex gobernador bonaerense con él. Si bien dijo que se trataba de un encuentro con gremios ruralistas, los medios reflejaron que no había referentes de gremio alguno, y apenas concurrieron unos 20 productores suipachenses.
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En la sede de la Sociedad Rural local, Massa escuchó las propuestas y necesidades del minúsculo grupo que se acercó. Ni siquiera asistió el presidente de Carbap, Horacio Salaverri, que es oriundo de la localidad y lo había invitado.
Tampoco estuvieron presentes el intendente de Mercedes, Carlos Selva, armador del Massismo en la primera sección y el candidato local Fabián Malnero. El que aprovechó la volteada fue Walter Gallo, referente de un nuevo partido vecinal que busca una figura que lo represente a nivel nacional para acercarse.
Lo que desató el enojo de Giustozzi y Posse fue que su líder político haya optado por uno solo de los precandidatos y no haya llevado a todos. Massa peca de muchas cosas, menos de tonto: sabe que Solá es, de los tres, el más querido por el sector rural.