Por Mariano Parada Lopez
Redacción El Destape
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La llegada de Jorge Bergoglio al Vaticano generó expectativas, decepciones e interrogantes. Si al comienzo se especulaba con que pudiera ser el líder de un cambio político radical en la región, las buenas relaciones que hoy mantiene con el oficialismo, impensadas hasta hace unos años, desconcertó a varios, al punto de que la opositora más férrea del Gobierno, Elisa Carrió, lo criticó por su "demagogia" como Sumo Pontífice.
El impacto de Francisco, quien se encuentra en Roma pero está más presente que nunca en Argentina, se suele debatir cada vez que algún tema que toca la doctrina católica se pone en discusión a nivel público. En especial, y tras la aprobación de la ley de matrimonio igualitario en 2010 y de identidad de género en 2012, este año estuvo en el tapete con el nuevo Código Civil y Comercial y el intento de debatir la despenalización del aborto, temas en los que la Iglesia manifestó sus reparos por la "defensa a la vida".
Todos los consultadas por El Destapeadmiten un acercamiento a la Iglesia, pero aseguran que esto no implica que la institución tenga la última palabra en cuestiones de índole público. El padre Fabián Baez, de la Iglesia San Cayetano y muy cercano a Jorge Bergoglio, considera que "a veces se generaba la situación que la voz católica era una voz impugnada de antemano". Y añadió: "Tampoco uno pretende imponer lo que piensa, pero sí que se escuche"; y si bien la Franciscomanía es un fenónemo indudable, Báez "no imagina al pueblo elegir por lo que diga el Papa".
Javier Klajner es otro cura cercano a quien hoy comanda los destinos de la Iglesia. También remarca que "antes no se escuchaba la voz de la Iglesia" y que Bergoglio "es una persona sin rencores. Ahora se lo va conociendo. Trata que nada de su pasado marcara su presente. Mucha gente lo fue redescubriendo".
"La iglesia es más escuchada, no significa que los consejos tengan un resultado práctico. Entre lo que dicen de sentirse sensibilizado y la práctica hay un trecho. Hay muchos 'como si'", remarca el legislador porteño Gustavo Vera, de La Alameda, otra figura pública cercana al ahora Papa.
El acercamiento de oficialistas y opositores a la figura papal tiene un sustento indudable: su buena imagen. Según una encuesta reciente del Pew Research Center, en toda América Latina la imagen positiva del Papa entre los creyentes es del 80%, con un pico del 98% en nuestro país. Esa aura es envidiable para quien quiera ganar las elecciones 2015 en Argentina, razón por la cual, quizás, Bergoglio ya anunció que no recibirá a dirigentes en audiencia privada durante el año próximo.
El mismo estudio advierte un fenómeno del cual el Sumo Pontífice ha tomado nota: el avance de los credos evangélicos en la región en perjuicio de la Iglesia de Roma. Según el mismo estudio, de un 86% de la población criada bajo las creencias católicas, 15 puntos porcentuales se convirtieron a las iglesias pentecostales, una situación que se profundiza en países como Brasil, donde tienen un poder aun mayor y hasta bloque propio en el Congreso brasileño.
Los grandes problemas que enfrenta la institución son advertidos por Báez: "Francisco asume en la Iglesia en un momento crítico, durante su mayor crisis de credibilidad. En ese contexto, él quiere devolvérsela", aunque aclara, a pesar de lo que puede creerse, que Francisco "en lo doctrinal no produce ni va a producir ningún cambio. El cambio es pastoral, cómo entender el mensaje cristiano".
¿Fue el 13 de marzo de 2013 el comienzo de un giro conservador de la sociedad? Si bien es muy difícil hacer futurología, al menos en Argentina parece haber suelo fertil para un "catolicismo new age" que tenga posiciones más flexibles que las que impone el dogma. El investigador del PRW, Juan Carlos Donoso, afirmó a este medio que "absolutamente" los argentinos tienen posiciones más abiertas que sus vecinos en temas como matrimonio igualitario, despenalización del consumo de drogas y aborto.
En relación a este último punto, álgido para todos los bloques, remarcó: "El 37% (de los creyentes en Argentina) piensa que el aborto debería ser legal en todos o la mayoría de los casos. Si bien no es un porcentaje alto, es muy superior al promedio regional, que ronda el 20%. Lo mismo ocurre con temas como el divorcio o el uso de anticonceptivos. Argentina, junto con Uruguay y Chile, son los países más liberales en cuanto a estos temas".
Previo a su llegada, el Programa de Estudios de Opinión Pública de la UNLaM, dirigido por Raúl Aragón, encontró que en el área metropolitana del país, los creyentes en su mayoría apoyan el matrimonio igualitario (69,8%), identidad de género (66,5%) y muerte digna (72%), aunque están en contra de la despenalización del consumo de estupefacientes (71,5%), una propuesta que luego realizó, precisamente, el Padre Juan Carlos Molina al frente de la SEDRONAR.
Para Gustavo Vera, "lo que ha salido en materia de legislación no cambió significativamente desde que esta Francisco. Lo que se plasmó en el Código Civil es lo que históricamente defendió la presidenta". Algo que recientemente recordó Diana Conti, impulsora del proyecto de interrupción voluntaria del embarazo.