Abuelas de Plaza de Mayo reconoció ayer a José Luis Maulín Pratto como el nieto 120, a quien la Justicia federal de Santa Fe aún no le restituyó su verdadera filiación ni su nombre. Es un nuevo caso de restitución de identidad, sustraída durante el terrorismo de Estado, y exige a la Justicia Federal de Santa Fe que le devuelva su verdadera filiación, que fue esclarecida en 2009.
Hoy, rompió el silencio su mamá. Luisa Pratto contó su dramática historia. Las vejaciones, las desapariciones, la soledad y el dolor.
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"Yo viví un infierno, entre violaciones... se llevaron a mi marido, mi suegra, hermanas, hermanos. Me quedé sola a merced de estos genocidas", afirmó en diálogo con radio Vorterix.
La madre de Maulin Pratto reveló: "Las visitas eran periódicas, yo había quedado sola en mi casa y venían día por medio". Y contó con dramatismo: "Pasé por cosas incontables".
"Declarar provoca otra vez mucho dolor. Pero estoy acá por la identidad de mi hijo". Y narró su historia y cómo apropiaron a su hijo: "Me llevaron a una clínica privada, amenazaron a una tía de mi marido para que me llevaran allí. Cuando un médico me dice que le dé de mamar al bebé, me llama Cecilia Góngora (la apropiadora). En un pueblo tan chico, nunca nos cruzamos hasta 2009. Cuando él era chiquito lo habíamos buscado y me quisieron llevar detenida porque decían que quería robarme al chico".