Guillermo Pérez Roisinblit contó una dramática historia. Él es nieto restituido y pide que no liberen a su apropiador de la dictadura.
"—Mirá el lío en que me metiste por ir con esas viejas! Me decía mi apropiador, Francisco Gómez, mientras cumplía con prisión preventiva por haberme apropiado, cambiar mi identidad y falsificar todos mis documentos", arrancó.
"Mi infancia transcurrió temiendole hasta el punto de ocultarme debajo de la cama cuando sabía que vendría a dejar la cuota alimentaria o cuando venía de visita. Todavía hoy, con casi 40 años, sigo soñando escenas donde golpea a Dora", cuenta con dramatismo.
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"El 08/09/2016, el TOF Nº5 lo condena a 12 años por resultar partícipe del delito de privación ilegal de la libertad (de mis padres) agravado por mediar violencia o amenazas y por haberse extendido por más de un mes, y del delito de tormentos agravado por ser perseguidos políticos", sigue Guillermo.
Y exclama: "Hace un par de días me notificaron que Gómez está solicitando su detención domiciliaria, y ¡Caramba! Es uno de los 110 genocidas que el Servicio Penitenciario intenta dejar en libertad".
"No temo tanto por mí, siendo que después de todo tuve una sobrevida de casi 40 años luego de haber nacido en la ESMA, pero si por los mios. Lo único que deseo es ser el último desaparecido de mi familia. ¿Quién va a hacerse responsable si me pasa algo? Y si le pasa algo a mi familia? Todas y cada una de las generaciones de mi familia tiene que ser víctima de estos criminales? Mis abuelos, mis padres, mi hermana y yo, mis hijos… Hasta cuándo?", cerró con emoción.