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Sin embargo, no todo fue rosas y, al poco tiempo, empezaron los problemas en el gobierno. El Presidente se vio implicado en escándalos de corrupción junto al tesorero de campaña y su testaferro. Su popularidad cayó cuando un hermano del propio Collor dio una entrevista en donde denunció un esquema de lavado de dinero y tráfico de influencias.
En aquel entonces, en las calles los brasileños salieron a protestar y lograron marchas de hasta 750.000 personas. Todos ellos gritaban: "¡Impeachment ya!".
Por ello, el 29 de septiembre de 1992, se aprobó en la Cámara de Diputados el juicio político al Presidente con 441 votos a favor y 28 en contra. Hasta el momento, la misma historia que está viviendo Dilma Rousseff, ya que ayer los diputados también aprobaron el impeachment por 367 votos a favor.
¿La diferencia? Hasta el momento, Rousseff no dio señales de dar un paso al costado y, de hecho, tanto ella como Lula Da Silva denuncian que lo que está sucediendo en el país es un golpe blando y darán batalla. Es decir: hasta que el Senado no decida destituirla, ella no se irá a ningún lado. Sin embargo, en 1992 la historia fue otra porque, tras el juicio político, De Mello decidió alejarse de su cargo.
Hay una curiosidad que no se puede dejar pasar. En 2006 Collor de Mello fue elegido como senador por el estado de Alagoas. Es decir, será uno de los que decida sobre el futuro político de Dilma Rousseff... y sabrá cómo ponerse en sus zapatos, seguramente.