La pandemia, como cualquier crisis, deja en evidencia las desigualdades naturalizadas. Hoy el principal compromiso (personal y social) es quedarnos en casa. Ahora bien, una vez en casa, ¿qué sucede? ¿Quiénes se ocupan de las tares domésticas y las tareas de cuidado? ¿Quiénes cuidan a nuestros adultos mayores y a lxs pibes que no tienen clases? Un reciente informe de la nueva dirección de Economía, Igualdad y Género reveló que el 76 por ciento del trabajo doméstico lo hacen las mujeres. Hoy, que necesitamos acompañarnos en las recomendaciones para que el virus no se expanda, es también el momento de reconocer el trabajo invisible que hacen las mujeres cada jornada.
La crisis sanitaria desencadena efectos en la vida social y laboral. El aislamiento trae una serie de restricciones y problemas que afecta de forma más grave a los sectores populares. Son en su mayoría las mujeres pobres las que higienizan las dependencias públicas, las empresas privadas y las casas de las familias de clase media y alta que pueden subcontratar o terciarizar estas tareas. En el ámbito de los empleos estatales ya se han resuelto las licencias y también empieza a tener un efecto en el sector privado. Hoy el mayor riesgo es para las poblaciones que trabajan en el sector informal y precarizado. Las mujeres sin una contratación formal que siguen siendo convocadas a casas de familia que están en cuarentena por haber contraído coronavirus.
Este contenido se hizo gracias al apoyo de la comunidad de El Destape. Sumate. Sigamos haciendo historia.
Aun peor la situación para las poblaciones trans. En muchos casos se encuentran en situación de prostitución como única entrada económica o con trabajos a destajo que se pagan por día. Hoy sufren el aislamiento que no les permite poner en práctica sus actividades. Por este tipo de situaciones de inestabilidad e informalidad, por este tipo de contextos de pobreza y el alto nivel de desempleo, es que necesitamos contar con un cupo laboral para personas trans. Proyecto de ley que hemos vuelto a presentar en el congreso nacional para integrar a todxs en todos lados.
Hoy, en medio de una pandemia, tenemos que acompañarnos más que nunca. Y hacerles un lugar en la vida social a quienes más sufren y más a la intemperie están. Muchas mujeres estos días ven multiplicadas sus tareas demostrando una distribución desigual que empeora en situaciones de crisis. Necesitamos que todxs nos quedemos en casa y que las tareas de cuidado sean repartidas, equitativas y justas. Que las tareas sean justas también es una forma de cuidarnos.