A diez días de un nuevo aniversario del golpe de Estado de 1976, un dato que surge del informe preliminar que realizó la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) sobre el material secuestrado al agente Marcelo D’Alessio, interpela al Gobierno y a las instituciones democráticas: las Fuerzas Armadas habrían realizado actividades “de inteligencia interior”, algo prohibido por ley.
La participación de uniformados en la realización de espionaje interno surge del análisis de los dispositivos móviles de D’Alessio, el falso abogado que quedó expuesto públicamente luego de que lo denunciara el empresario agropecuario Pedro Etchebest por extorsión. En el marco de esa acusación, un allanamiento a su vivienda desnudó una organización dedicada a realizar actividades de inteligencia ilegal. Según el juez federal de Dolores que impulsa la causa, ese operativo “cambió el objeto de la investigación en 180 grados”.
De acuerdo al trabajo de la CPM sobre los teléfonos celulares del extorsionador “han surgido conversaciones que refieren la participación en actividades de inteligencia interior por parte de personal de las Fuerzas Armadas, en particular del Ejército Argentino”.
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El 31 de enero de este año, un periodista consultó a D’Alessio respecto a un auto que estaría haciendo guardia en la puerta de su vivienda. A lo que el agente inmediatamente movió sus contactos y consultó al expolicía bonaerense vinculado a la AFI, Ricardo Bogoliuk (quien en la actualidad se encuentra detenido al igual que el falso abogado en el marco de la causa por espionaje ilegal que tramita en Dolores).
Cerca de las 11 de la noche, D’Alessio le escribió a Bogoliuk: "Me podés averiguar de quién es el auto. Estaba haciendo guardia en la puerta de mi casa". Y le pasa un número de patente. Pasada la 1.30 de la madrugada, la respuesta es contundente: "Jorge Vives y un tal Schettino o algo así, uno alto y uno bajo, los dos de ICIA de Ejército, están como asesores del Director de Aduanas, vienen ambos de la mano de Garrió (sic)".
No es la única referencia a Vives, un apellido que el juez Ramos Padilla mencionó este miércoles durante su exposición de más de 4 horas en la comisión de Libertad de Expresión de la Cámara de Diputados. Se trata de un nombre que D’Alessio relaciona a la diputada y cofundadora de Cambiemos, Elisa Carrió.
El 2 de febrero pasado, el agente ahora caído en desgracia le comentó a Bogoliuk: "Me olvidé de contarte lo de la reunión en la aduana. El lunes jorge vives es designado como director de aduana del puerto de Rosario. Me citó por pedido de Lilita para ver si le podemos armar un equipo de incorruptibles. No confía en el referente local de la AFI. Creo q me dijo q se llama Oscar. Y sabe q vicentin está en la joda (sic)". Incluso existen mensajes entre el propio Vives y D’Alessio.
Una conversación de D'Alessio con el contacto "Romina Aduana", que data del 24 de enero pasado, parece arrojar un poco más de luz a este asunto. Allí, la mentada Romina le dijo que le quiere presentar al asesor de narcotráfico del Director de la Aduana. Y le explicó que se trata un ex jefe de inteligencia del Ejército Argentino. Estaba haciendo referencia a Vives. En ese intercambio, le aseguró a quien se presentaba como especialista en narcotráfico y representante de la DEA que la Aduana "quiere tener contacto” con esa agencia estadounidense.
Según la CPM, otra expresión que refiere a los vínculos de inteligencia entre ambos contactos se advirtió en la conversación del 2 de febrero donde "Romina Aduana" señaló: "Hoy cuando dijiste O.J. me trajo recuerdo de haber estado arriba en el primer piso". Para los investigadores, tal referencia podría estar relacionada a la ex Oficina de Observaciones Judiciales de la ex SIDE.
Para la comisión que preside el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, la confirmación de esta hipótesis con medidas de prueba complementarias “significaría una clara violación a la normativa que regula las actividades de inteligencia en materia de Seguridad Interior y Defensa Nacional”.
Vale recordar que D'Alessio refiere mantener vínculos con el Ministerio de Seguridad, en particular, con la ministra Patricia Bullrich, quien llegó a declarar sin temor a ruborizarse que pudo haberse cruzado con el falso abogado “en alguna embajada”. “Este vínculo, significaría contraprestaciones económicas y la recepción por parte de D'Alessio de indicaciones por parte de la ministra. La confirmación de estas expresiones, mediante otros medios de prueba significaría nuevas violaciones a la normativa de inteligencia vigente”, se indicó desde la CPM.
Lo que también se desprende del análisis de los dispositivos de D’Alessio son contactos con agentes y órganos estatales. Hay sobradas referencias a la AFI, la DEA, actores judiciales federales, personal de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, Ministerio de Seguridad de la Nación y el Servicio Penitenciario.