Cambiemos denunció a Cristina Kirchner y funcionarios de su gobierno por haber operado en el mercado de dólar futuro. Desde ese momento, el Banco Central no volvió a utilizar esa común herramienta de política cambiaria. Luego de dos años y medio de inactividad, la autoridad monetaria se vio obligada a meterse en ese segmento para frenar la corrida cambiaria. Esto podría dar vuelta la situación judicial de la expresidenta.
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Federico Pinedo y Mario Negri acusaron en octubre de 2015 al Poder Ejecutivo de entonces de amenazar el patrimonio del BCRA a través de sus participaciones en el dólar futuro. Los legisladores de la alianza gobernante opinaron que la entidad mantenía bajos los precios pese a que era inminente una devaluación. El juez Claudio Bonadio decidió procesar y enviar a juicio oral a Cristina Kirchner, el ex ministro de Economía Axel Kicillof y al entonces titular del ente rector Alejandro Vanoli.
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Luego de dos años y medio de inactividad, el Central salió a vender U$S 190 millones para bajar la cotización de mayo en el Mercado Abierto Electrónico (MAE), confirmaron fuentes oficiales a El Destape. El organismo que preside Federico Sturzenegger ya se había cubierto el viernes pasado, cuando en un comunicado aclaró: “El BCRA continuará operando con todas sus herramientas de intervención en el mercado de cambios. Estas operaciones podrán ser concertadas tanto al contado como a término”.
Sturzenegger se había negado a acudir al mercado de futuros por la judicialización de Cambiemos a una política habitual del Central. La última ocasión en la que el gigante de la plaza financiera puso pie en futuros había sido días antes del 22 de noviembre de 2015, en el balotaje presidencial.
Es que antes de la segunda vuelta, Bonadio allanó el ROFEX, por lo que el ex titular de la Comisión Nacional de Valores Cristian Girard definió la suspensión de la plaza a término. Con el triunfo de Mauricio Macri, quien auspiciaba una brusca devaluación para su presidencia, el segmento permaneció cerrado.
De hecho, Vanoli y Girard sólo habilitaron transacciones en noviembre, cuando obligaron a los bancos comerciales a reducir su posición global en moneda extranjero al 10%, para que puedan descargar sus activos. Sin embargo, esos días la única punta vendedora permitida fueron las entidades bancarias.
Con la asunción de Macri, el Gobierno definió una quita en el precio pactado de los contratos antes de volver a abrir las puertas del MAE y ROFEX, lo que benefició personalmente a varios funcionarios de Cambiemos.
A partir de allí, decidió no participar institucionalmente en los mercados, con lo que convalidó implícitamente la abrupta devaluación que espera la City porteña.
Desde marzo, el BCRA gastó más de $ 7.900 millones en intervenciones para calmar el dólar con el único instrumento que contaba: el contado. Si hubiera operado antes para bajar la tasa de futuros, podría haber sacrificado menos reservas.
La plaza a término no fue una herramienta inventada por Vanoli, sino que comenzó a utilizarla sin cuestionamientos Martín Redrado, cuando comandó el Central en 2005. El nuevo aval que le dio la autoridad monetaria de Sturzenegger podría descartar la judicialización de exfuncionarios por aplicar políticas económicas.