Un informe alerta que el consumo de lácteos y de frutas cayó de forma drástica en la Argentina, situación que genera perjuicios en la salud de la población. El estudio realizado por la Fundación Soberanía Sanitaria y la Universidad Nacional de Avellaneda muestra además que la baja posibilidad de acceder a alimentos de mayor calidad nutricional es la principal causa de sobrepeso, problemática que afecta a un 58 por ciento de los adultos argentinos.
El informe que lleva el título “Obesidad y desnutrición: las dos caras del neoliberalismo en nuestra salud”, explica que el cambio económico que impuso Mauricio Macri causó dos efectos drásticos: descenso del volumen de consumo de productos alimenticios de primera necesidad en la población y un retroceso en términos de la calidad de los alimentos consumidos.
El informe cuenta que en 2016 se produjo una baja significativa en el consumo de leche. Se desplomó casi 6 litros, la compra de leche pasteurizada por persona (interanualmente), superando el 25%. El consumo per cápita de leche pasteurizada, se ubicó en niveles exiguos en términos históricos, siendo incluso más bajo que el período de la crisis económica del 2001/2002. Se consumieron 28,97 litros por habitante en 2015 y 23,12 litros por habitante en 2016.
Este contenido se hizo gracias al apoyo de la comunidad de El Destape. Sumate. Sigamos haciendo historia.
Las frutas, alimento fundamental para evitar la obesidad y los accidentes cardiovasculares, también sufrieron la caída del consumo. Las naranjas, el cítrico más consumido en Argentina, pasaron de consumirse 535.694 toneladas en 2015 a 510.000 toneladas en 2016 aproximadamente, es decir una reducción del 5%.
El informe de la UNDAV señala que el desplome del consumo puede generar en los niños un retraso en el crecimiento (baja talla) y el bajo peso (bajo peso para la edad). " La desnutrición influye sobre el 45% de la mortalidad infantil en menores de 5 años", alerta.
De acuerdo al relevamiento, entre el 2005 y el 2010 existió que la prevalencia del retraso en el crecimiento (baja talla) se redujo un 45% (de 20,6% a 11,3%), es decir, disminuyó la prevalencia del retraso en el crecimiento en casi 5 de cada 10 niños. Por otro lado, la prevalencia de bajo peso disminuyó un 38% (del 4% al 2,5%).
El estudio ademàs denuncia que el Ministerio de Salud de la Nación ha reducido un 45% la compra de leche en polvo (de 18 mil a 10 mil toneladas). Esta subejecución genera que al 32% de los centros de atención primaria de la salud del conurbano bonaerense no le haya alcanzado la leche para cubrir la demanda.
"Se torna sombrío el horizonte en materia de seguridad alimentaria, retrocediendo en los avances que se habían alcanzado en los últimos 12 años", finaliza el informe.