Dilma Rousseff habló de todo tras la escucha que escandaliza a Brasil

17 de marzo, 2016 | 11.13
El ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva asumió hoy como nuevo jefe de la Casa Civil del gobierno de Dilma Rousseff en medio de un tenso clima social por las protestas populares que reprobaron su designación, ante la posibilidad de que desde su nuevo cargo el ex mandatario intente evitar las acusaciones judiciales por corrupción en su contra.

La ceremonia estuvo a cargo de la presidenta Rousseff y se cumplió esta mañana en el Palacio Planalto -sede del gobierno brasileño- a cuyas puertas se concentraron simpatizantes y detractores del oficialismo que protagonizaron algunos incidentes.

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"¡No habrá golpe! ¡No habrá golpe!", gritaban los asistentes al acto en el Planalto, en Brasilia, interrumpido por un opositor que gritó: "¡Vergüenza!", ante los abucheos de los presentes.

En ese marco, al tomar el micrófono, Rousseff habló largo y tendido sobre el escándalo que la involucra a ella y a Lula. Hizo una férrea defensa de su gestión y explicó de qué trataba el diálogo telefónico divulgado ayer con su ahora jefe de Gabinete.

"No hay justicia cuando los derechos constitucionales de la Presidencia han sido violados", advirtió por la difusión de la escucha que autorizó el juez a cargo de la causa Sérgio Moro. "No tenía nada de qué sospechar y lo hizo malintencionadamente para sacar de contexto el diálogo", lanzó a la vez que mostró el papel del que supuestamente hablaban en la comunicación con Lula.

Para Dilma, está claro que hay sectores de la sociedad brasileña que buscan instalar un golpe de Estado. Por eso, dijo en varias oportunidades que "los golpistas no me van a voltear ni van a poner a este pueblo de rodillas".

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