Los Presidentes y representantes de 35 estados participan desde ayer en la séptima edición de la Cumbre de las Américas, que sesiona en Panamá y se ha ganado con estricta justicia el calificativo de histórica, ya que Cuba participa por primera vez del encuentro que siempre lideró EEUU bajo la protección de la cercana Organización de Estados Americanos (OEA).
Este dato, que se explica en las recientes negociaciones de acercamiento entre los dos países después de 50 años, bajo la figura del "deshielo", adquirió aún más peso cuando ayer, muy oportunamente, el presidente estadounidense, Barack Obama, anunció que decidirá pronto sobre la remoción de Cuba de la lista de países que apoyan al terrorismo.
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Sin embargo, el jefe demócrata deberá escuchar el reclamo de Venezuela y varios países de la región, que rechazan su decreto que califica al estado bolivariano como una inusual amenaza para su seguridad interna y sanciona a funcionarios venezolanos.
De hecho este punto ensombreció de alguna manera el éxito de la Cumbre porque en la reunión de cancilleres, ayer por tarde, no se pudo alcanzar un documento final por consenso por desacuerdos planteados por Venezuela, que reclamó que un párrafo de ese texto hiciera alusión a las sanciones, iniciativa que fue rechazada por varios países.
Obama ha enviado señales y ha explicado que a pesar de lo que dice la medida "Venezuela no es una amenaza" para su país, pero no retiró el decreto, lo que da pie al presidente venezolano, Nicolás
Maduro, a presentarle unas 10 millones de firmas de ciudadanos de ese país que rechazan la medida.
Las palabras contemporizadoras de Obama fueron festejadas por Maduro, quien no se privó del sarcasmo: "Logramos que que el presidente Obama reconociera de palabra que Venezuela no es una amenaza, ahora #ObamaDerogaElDecretoYa", dijo a través de la red social Twitter.
Los ejes de la Cumbre son el combate a la pobreza, los aumentos de cooperación en varios campos -salud, educación, seguridad, entre otros- y el fortalecimiento de la gobernabilidad democrática y la participación ciudadana, pero está claro que un probable encuentro cara a cara entre Obama y el presidente cubano, Raúl Castro, sería la cumbre de la Cumbre, si se permite la reiteración.
El jefe de Estado norteamericano llega aquí despertando expectativas no sólo a nivel continental sino planetario, ya que a las muestras de distensión con Cuba se agrega el reciente acuerdo con Irán, mientras hizo blanco de sus sanciones a Venezuela y Rusia, lo que configura un cambio en la política exterior de EEUU que no pasará desapercibido por los asistentes a la Cumbre.
Para los cubanos tampoco hay carta blanca por el deshielo, y la notificación al respecto la tuvo Castro en la capital panameña, cuando militantes y funcionarios de su gobierno se trenzaron a golpes con representantes de la disidencia al encontrarse en el foro de la Sociedad Civil, una de las tantas reuniones paralelas que se desarrolla en la Cumbre.
En paralelo al encuentro de presidentes se celebra la Cumbre de los Pueblos, que reunirá a organizaciones sindicales y movimientos sociales del continente y en la que estarán los mandatarios de Bolivia, Evo Morales, y de Ecuador, Rafael Correa, y la Cumbre de los Pueblos Indígenas, que reunirá a líderes originarios del hemisferio.