El jefe de Gabinete, Marcos Peña, minimizó hoy los despidos en el Estado al decir que "no" es de "una dimensión tal como a veces se percibe", y el secretario general de la Central de Trabajadores de la Argentina Autónoma (CTA-A), Pablo Micheli, le exigió "un poco más de consideración" y lo calificó como "un verdugo que ejecutó la orden del Presidente" Mauricio Macri.
Peña argumentó que las cesantías realizadas significan "una porción muy reducida" de personal que ingresó en el último año de la gestión kirchnerista y que proviene de "la militancia política", tras lo cual recibió críticas de parte de dirigentes gremiales.
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"No creemos que sea una cuestión de una dimensión tal como a veces se percibe", aseguró Peña esta mañana consultado por radio Continental. "Estamos hablando de personas que entraron en el último período (de la gestión kirchnerista) sin ningún concurso y muchas veces asociadas a la militancia política", amplió.
No obstante, el ministro reconoció entender las "preocupaciones" que los despidos generaron pero justificó que "esto es parte de un proceso para tratar de ordenar el Estado, contra lo que ha sido un gran ingreso de cantidad de gente en los últimos diez años, casi 1.500.000 de empleados públicos nuevos en los tres niveles del Estado, provincial, municipal y nacional".
Ante este planteo, Micheli advirtió: "No puede hablar con tal desparpajo, debería tener un poquito más de consideración". El dirigente gremial dijo también que "detrás del tema de los ñoquis escondieron, para ganar consenso en la opinión pública, una maniobra jodida porque terminan con eso despidiendo a miles de trabajadores".
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