Las vueltas de la vida y de la historia los encuentra trabajando juntos con un pasado en común. Claudio Morresi y Santiago Roberto forman parte del bloque del Frente de Todos en la Legislatura porteña, ambos con familiares desaparecidos y ejecutados en la última dictadura cívico militar.
Norberto Morresi tenía 17 años, era hermano del legislador que lleva su mismo apellido y Luis María Roberto, de 34, era el padre del otro diputado de la Ciudad. Los dos compartían militancia y fueron secuestrados por personal de Seguridad Federal mientras transitaban en una camioneta por Perito Moreno y Directorio. Su historia se conoció 13 años después, pero el 23 de abril de 1976, cuando fueron fusilados para ser enterrados como NN en Villegas, se convirtió en un antes y después para ambas familias.
Los dos legisladores fueron entrevistados por Télam y contaron su historia en un nuevo 24 de marzo, aniversario del golpe. Morresi contó que al principio todo era esperanza y tristeza, que se levantaban cada mañana con la imagen de un posible reencuentro y se iban a acostar con el pesar de que eso no había ocurrido. "Entre esas cosas que te quedan, yo no puedo dejar que el teléfono suene", confesó.
Roberto, en tanto, tenía 3 años cuando ocurrió el episodio. Sus recuerdos están vinculados a sus juguetes en cajas "por si había que rajar". Su familia estuvo en Buenos Aires siete u ocho meses, narró, con mudanzas constantes porque su madre también militaba. El legislador contó que siempre tuvieron la esperanza de encontrar a su padre "en un manicomio, o que sonaba el teléfono y podía ser él". Hasta que en 1989 Crónica publicó que lo habían encontrado y, en ese momento, muchos vecinos creyeron que vivo.
Si bien el dolor es grande, Morresi contó que encontrar los cuerpos "no cierra la historia, pero se tiene un privilegio que otros compañeros no tienen".
Con esa historia sobre sus hombros, Morresi se comprometió en la disputa cultural "para mostrar la realidad cada vez que quieran ocultarla", que la nieguen, escondan "o traten de ensuciar la inmensa lucha de los organismos de derechos humanos". Roberto acompañó la postura y analizó que "los gobiernos de derecha vienen a aplicar la misma receta que en el ´76 y es algo que se vio hace cuatro años". Por eso, la batalla cultural continúa vigente.
En ese contexto, el legado de la lucha por la memoria, verdad y justicia, generó mucha emoción en Morresi: "Hay miles de pibes de 18 años, como mi hijo que tiene apenas uno más que los que tenía mi hermano, militando y digo 'están ahí'". Su compañero de bancada sostuvo que la Ciudad de Buenos Aires "es muy especial" pero conserva "ese fervor de la militancia, la mística de "lo colectivo" todavía está vivo", si bien "existe un desprestigio de los partidos tradicionales y que los partidos de la antipolítica hacen del individualismo su política".