Un caso de violencia policial, conmociona a la provincia de Salta. Un joven de 23 años fue golpeado salvajemente por cuatro oficiales por tomar alcohol en la vereda. La Policía adujo que “sufrió descompensaciones” y terminó perdiendo la vida camino a la comisaría. Sin embargo, otras versiones difieren mucho del relato oficial, exponiendo otra realidad de lo ocurrido.
La víctima es Cristian Exequiel Gallardo y, según relata su prima Mayra Díaz, el domingo pasado salió a bailar y a la vuelta, durante la madrugada del lunes, se sentó en la vereda de la casa de un amigo a charlar y beber con él. De repente, vieron acercarse un patrullero. Ocurre que en Salta Capital beber a esas horas en la vía pública incurre en una contravención. A pesar de que ellos ingresaron, la Policía entró a la casa pateando la puerta. Su amigo saltó una tapia y se fue, pero él no logró huir. Allí, la concubina de la casa pedía a gritos que lo suelten y por eso le pegaron con la cachiporra en las costillas. Ahí empezó lo peor, cuatro oficiales lo golpearon salvajemente.
En un video que circula (y que la misma familia pide difusión para comprobar el maltrato que sufrió Cristian), filmado por una vecina, se escucha al joven gritando de dolor y pidiendo por su mamá.
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La versión de la Policía de Salta y la desmentida de los familiares
Fuentes de la Policía de Salta indicaron al diario El Tribuno, que Cristian fue detenido luego de que un hombre lo denunciara por el robo de su celular. Según lo expresado por el damnificado, fue interceptado por cuatro hombres que tenían en su poder armas blancas, y bajo amenaza le robaron una mochila y el celular.
En ese momento agentes del 911 realizaron un patrullaje por la zona y lograron divisar a un grupo de jóvenes que llevaba una mochila. Al advertir la presencia policial los integrantes del sospechoso grupo empezaron a correr y se metieron en una casa. Ingresaron al lugar y demoraron a uno de los supuestos ladrones, identificado como Exequiel Gallardo, quien según la misma fuente en todo momento se negaba a ser trasladado por los policías y ofrecía resistencia. Cuando era trasladado a la dependencia los uniformados expresaron que “sufrió descompensaciones” y terminó perdiendo la vida, pese a que personal policial intentó ayudarlo con ejercicios de RCP. Sin embargo, otras versiones difieren mucho del relato oficial, exponiendo otra realidad de lo ocurrido.
La familia del joven desmiente esta versión y asegura que el cuerpo estaba lleno de moretones y heridas: “Inventaron que había delinquido y que se murió al descompensarse en el trayecto a la comisaría porque tenía ataques de epilepsia. Mi hermano no tiene ninguna enfermedad, somos sanos nosotros y él era joven. Le reventaron un ojo, tenía el lado izquierdo del cráneo hundido, las muñecas marcadas por las esposas, tajos en la rodilla, en la panza y en los brazos”. A pesar de la denuncia realizada por la familia en el acta de defunción figura “muerte indeterminada” expresó Dalma Salas, hermana del joven.
Familiares, por temor a que la causa se cierre filmaron y sacaron fotos al cuerpo: “no confiamos en la policía, y tenemos miedo que el caso quede en la nada, por eso nosotros mismos nos ocupamos de mostrar lo que sufrió mi hermano. Que, aún si hubiese robado no tenía que morir”.
La policía de Salta en la mira
A fines de junio de este año, la Policía de Salta quedó en la mira luego de dos muertes en días seguidos durante procedimientos de la fuerza de seguridad.
El primer caso fue la muerte de David Alfonso Neri Ovejero, vecino de villa Floresta que quiso intervenir en ayuda de una mujer que era desalojada por una supuesta usurpación. Según el relato de los vecinos, los efectivos asfixiaron al hombre al agarrarlo del cuello, se desvaneció y poco después murió mientras esperaba la ambulancia. Por el caso fueron imputados tres policías.
El segundo caso fue la muerte de Martín Rodrigo Carreras que, denunciado por violencia de género por su expareja en barrio El Rosedal, la Policía lo detuvo, lo subió a la camioneta y aparentemente allí "se descompensó" y murió luego en el centro de Salud de Villa Asunción.
Por el caso fueron imputados cuatro policías luego de que la fiscal Ana Inés Salinas Odorisio considera que los efectivos incurrieron en los delitos de "homicidio culposo e incumplimiento de los deberes de funcionario público en concurso real".