Debate presidencial: el detrás de escena de una noche para el recuerdo

16 de noviembre, 2015 | 01.14

"Todos los que levanté hoy van a ver el debate". El taxista que llevó a este periodista a la facultad de Derecho sólo comentaba sobre la discusión que Mauricio Macri y Daniel Scioli iban a mantener pocas horas después. El primer debate presidencial televisado de la historia argentina suscitó una enorme expectativa y eso se podía observar a medida que uno se acercaba al lugar y momento preciso.

El puente que cruza la avenida Figueroa Alcorta ya se encontraba repleto de banderas que colgaban del mismo, ya sea del candidato del FpV como de el de Cambiemos. La calurosa tarde (la temperatura alcanzó los 30 grados cuando se abrió la facultad) no desmoralizaba a periodistas, voluntarios de la ONG que organizó el encuentro y hasta militantes de a pie que se acercaron, incluido el imitador del papa Francisco, que arrancó el año acompañando a Macri y terminó convencido por el gobernador bonaerense.

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El centenario edificio ubicado en el norte de la Capital se transformó en un gran estudio de TV. Desde América pasando por Telefé, Canal 13, Crónica, América y hasta medios internacionales como la cadena mexicana Televisa y la norteamericana CNN guardaron un espacio desde donde transmitir la previa. La lupa que posaba sobre el debate había trascendido las fronteras. En el sector de prensa se hablaba en varios idiomas.

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Como forma de motivarse, los voluntarios que ayudaban en la organización del evento se reunieron en una ronda para escuchar el aliento del coordinador de Argentina Debate, Hernán Charosky. El discurso breve fue cerrado con un "gracias" a todos los jóvenes, quienes retribuyeron con un aplauso que también sirvió para descargar nervios.

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Jugo de naranja, gaseosa y agua fueron parte de las provisiones necesarias para calmar la sed de los múltiples trabajadores de prensa que ya colmaban el edificio. Luego saciaron su hambre con sánguches, empanadas y pizzetas en abundancia, como forma de recargar energía para un día que avisaba con ser largo.

Una bandera de Francia podía verse de fondo en una de las pantallas. La ola de atentados ocurrida este viernes en París hizo que el estricto esquema que se había arreglado se modificara en homenaje a las casi 200 víctimas del terrorismo. El debate comenzó, puntualmente a las 21, con el minuto de silencio dedicado los muertos.

Scioli, con un tono más aguerrido que el que supo construir en sus 8 años al frente de la provincia de Buenos Aires, intentó desde el primer momento sacar a Macri de su eje de "la revolución de la alegría". Muchas veces, abusando de ese estilo y sin medirse. Macri apeló al tono condescendiente que en más de una ocasión se transformó en arrogancia.

Ya desde la postura se veían las diferencias. Scioli, más formal y serio, vestido de traje, camisa y corbata. Macri, intentando sonreir (a veces, de forma socarrona a los dichos de su adversario), cuello desabotonado y sin corbata. "No sé por qué decís que soy un peligro, nosotros estamos felices", dijo el jefe de Gobierno una ocurrencia que le festejó la parte de los asistentes que respondían a su centro de campaña.

El momento más ocurrente para el lado del candidato del FpV fue cuando le enrostró a Macri su incapacidad para tratar la cuestión de los "trapitos" y sus promesas de terminar con el narcotráfico. Algunas risas y comentarios cómplices rompieron con el estricto silencio que debía mantenerse, según las reglas del debate.

Tras una hora y cuarto, el debate culminó con un fuerte aplauso y el saludo final junto a sus respectivas esposas, Karina Rabolini y Juliana Awada. Midió más de 50 puntos de rating, tomando en cuenta los números de todos los canales que formaron parte de la transmisión y sin contar la de aquellos que lo vieron online. Ahora quedará ver el impacto definitivo en el balotaje.

¿Habrá sido definitivo?