Tras el paso de la ultramacrista Patricia Bullrich por el ministerio de Seguridad, su sucesora,Sabina Frederic, encabezó en tres meses un cambio radical en el manejo de una de las áreas más sensibles del Gobierno nacional. Además de reemplazar a las cúpulas de las fuerzas a su cargo, Frederic retrotrajo varias decisiones violatorias de los derechos humanos, además de dar un vuelco en el abordaje represivo de la protesta social, la lucha contra las drogas y de suprimir el "servicio cívico voluntario en valores".
La ex funcionaria de Mauricio Macri había tomado medidas que generaron un fuerte repudio como el pedido de DNI en los trenes, el uso de las pistolas Taser, la represión y el uso de armas de fuego de oficiales en marchas y movilizaciones. La nueva gestión retrocedió sobre estos campos.
El Ministerio de Seguridad derogó normativas sobre el uso de armas por parte de las fuerzas federales. Fue la Resolución 1231/19 publicada en el Boletín Oficial que dejó sin efecto los protocolos que le daban mayor libertad a policías para disparar en casos de delitos graves y persecuciones. Había sido una suerte de respaldo del PRO al caso de gatillo fácil del policía Luis Chocobar.
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Además, se canceló el polémico el servicio cívico voluntario en valores creado por Bullrich. Y se dejó sin efecto el polémico “Programa ofensores en trenes”, que entre otras cosas instruye a los efectivos de la Policía Federal para pedirle el DNI a los pasajeros en las estaciones de ferrocarriles.
Otro de los cambios paradigmáticos fue el vinculado al caso Santiago Maldonado, uno de los más nefastos de la gestión Bullrich. Frederic avanzó con su plan para revisar la actuación de Gendarmería durante la represión en Cushamen, Chubut, donde murió el militante que estuvo desaparecido más de dos meses. La actual ministra dijo que durante el gobierno anterior "hubo un procedimiento administrativo para deslindar" a la fuerza "de la figura de desaparición forzada". Una actitud similar adoptó frente al asesinato del jóven mapuche Rafael Nahuel, en el marco de una represión del Grupo Albatroz, dependiente de la Prefectura.
Respecto de la Gendamería, también se puso en discusión su actitud durante la investigación de la muerte del fiscal Alberto Nisman. Lejos de ratificar lo actuado por esa fuerza en la causa, Frederic adelantó que se analizaría la pericia realizada, según la cual Nisman habría sido asesinado.
Lejos de la impronta mediática que le asignó Bullrich a la "lucha contra el narcotráfico", la actual gestión impulsa una política de prevención y ve con buenos ojos el debate sobre la legalización de la tenencia para consumo personal. “Ha habido una intensificación de los procedimientos y una disminución sustantiva de lo incautado”, expresó Frederic, quien agregó que "la lucha contra el narcotráfico no existió, y gastaron dinero del Estado en algo totalmente perdido”.
Si bien con el correr de las semanas la tensión fue disipada, el nuevo perfil de Frederic implicó algunos roces con su par bonaerense y ex secretario de Seguridad nacional, Sergio Berni. Tras la intervención de Alberto Fernández y del gobernador Axel Kicillof, la relación entre ambos logró encarrilarse.