10 de marzo, 2020 | 07.43

Cuál es el "otro campo": radiografía de los trabajadores que trabajan la tierra y venden sus productos sin intermediarios

Desde la tierra al cliente sin intermediarios, los valores de las verduras son hasta un 50% más baratos que en las góndolas de cualquier supermercado y sin agrotóxicos.

Algunos llegan con la bolsa de los mandados. Otros con su changuito. Los zapallos gigantes son la estrella y los más chicos de las familias corretean alrededor. Del otro lado del mostrador, más de veinte personas vestidos con una remera negra y verde de la Unión de Trabajadores de la Tierra venden sus productos, responden consultas y explican. Lo hacen directo. Del campo a la heladera, sin intermediarios

“Somos la agricultura familiar, el campo que produce los alimentos de Argentina, el sector de los pequeños productores”, dice Juan Pablo Della Villa, secretario de comercialización de la UTT a El Destape. Es sábado a la mañana. Muchas familias salen a hacer las compras para la semana y eligen la feria que se monta en Avellaneda. En la semana, el puesto trabaja como mayorista, pero todos los fines de semana, más de 800 familias pasan por el galpón de la UTT a un par de cuadras de la autopista Buenos Aires – La Plata para comprar verdura y fruta, pero no es el único lugar del conurbano bonaerense.  Pero no es el único. La experiencia se repite en algunos almacenes en Monte Grande, La Plata y en distintos puntos de Capital Federal. De vez en cuando, los feriazos que se reparten por distintos puntos de la Provincia. 

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Al almacén del sur del Conurbano los clientes llegan con mates, con sus bolsas y con algunas preguntas. Dan vuelta alrededor de las verduras y, los que debutan, se quedan maravillados del color intenso de los productos. La manzana brilla, la lechuga es verde, pero el verde real, sin tonos amarillentos,  y la berenjena es violeta oscura. Sin desteñirse.  Nada de lo que pasa en las góndolas de los supermercados pasa en estos mostradores. Los productos son frescos. “Esta verdura que estás viendo acá se cosechó ayer a las dos de la mañana”, cuenta Della Villa e infla el pecho.  

El campo no para. Siempre se mantiene activo. De la siembra pasa a la cosecha. Logística y venta. “Hoy hay logística de sábado, se labura con mucha capacidad organizativa. Todo se hace desde la organización popular y de la autogestión”, agrega Della Villa. Esta unión tiene diversos puntos de producción en la que hay involucradas más de 200 familias y 250 hectáreas de producción agroecológicas. Cada punto tiene sus diferencias, pero esto permite generar trabajo en la provincia de Buenos Aires.  Muchas de las familias que se emplea en la UTT son pequeños productores que arriendan sus tierras. En otros casos, se tratan de colonias agroecológicas. En Luján, por ejemplo, hay 84 hectáreas en las que viven 33 familias. Además, la organización contempla el empleo de muchas otras personas que trabajan en la comercialización. Venta al público, transporte, logística. En ese caso hay otras 90 personas. Sumados, por supuesto, a todos los trabajos indirectos que este tipo de economía pude sustentar.  

Mas allá del cooperativismo y de la solidaridad, la billetera es lo que más pesa en todos aquellos que se acercan a comprar. Y los números cierran. Sin intermediarios, la cadena de precios cambia. En este sentido,  Della Villa sostuvo: “Está buenísima la política de precios cuidados en Argentina. Buenísima,  pero hay que profundizar. El Estado tiene que observar quién pone los precios. No puede ser que esté solo encargado del sector privado”. En cada uno de estos puestos, por ejemplo, los valores son hasta un 50% más baratos que en las góndolas de cualquier supermercado. Al sumarse el impacto al bolsillo se siente. En la mayoría de los casos, el precio era sensiblemente menor. Por ejemplo, para hablar de solo un producto, el último fin de semana el kilo de banana estaba $55 mientras que en las grandes cadenas de hipermercados costaba entre $87 y $94 pesos.  

Durante los últimos años, los reclamos de la Unión de Trabajadores de la Tierra se hizo conocido. Quizás la imagen más recordada es la de la abuela que se agachaba en Plaza Constitución para agarrar una berenjena ante la mirada de un escuadrón de la policía de la Ciudad. Media hora antes de esa foto, los agentes habían reprimido de manera brutal. Ahora la UTT plantea hacer un acto similar. Un verdurazo el martes 10 de marzo a las 11 de la mañana. En este caso, se vuelven a reafirmar como “el otro campo” y se manifiestan como “en defensa de las medidas redistributivas” que, para ellos”, “benefician en un amplio margen a los pequeños y medianos productores”. 

Lejos de las posesiones de grandes hectáreas de tierra, este grupo de pequeños productores conoce un límite económico. “Con el 0,5% de lo que el Estado le dio a Vicentín, en Argentina los pequeños productores podríamos acceder a créditos. Lo devolveríamos todo y, además, no solo devolvemos la plata. Sino que generamos productos para la gente”.

De esta forma, a diferencia de los dueños concentrados de la tierra y propietarios, estas cooperativas muestran otra forma de trabajar. Se distancian de los que, para muchos, es “el campo”. No es una expresión unísona. Della Villa, por eso, lo cierra: “Tenemos que trabajar para que todos sepan que existe 'otro campo' y que somos nosotros”.