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Quienes lo tienen apuntado por su desempeño no son cualquiera, sino los aliados de Mauricio Macri y artífices de la alianza gobernante: Elisa Carrió y Ernesto Sanz. Según informó en el diario Clarín el periodista Marcelo Bonelli, las cabezas de la UCR y la Coalición Cívica se reunieron en forma separada con el Presidente para pedirle que haga cambios y oxigene su gabinete, con el ministro coordinador como blanco de las mayores críticas.
Sin embargo, aclara Bonelli, ambos dirigentes saben que si hay una persona que para Macri es intocable se trata, precisamente, de Peña, uno de los estrategas de campaña del PRO.
Pero el jefe de Gabinete no es el único en la mira. Con una caída de la actividad del 3,7% en septiembre, la recesión comienza a apurar los tiempos y ya son varios los que reclaman hacer borrón y cuenta nueva con el equipo económico, hoy dividido en seis ministerios. Además de Sanz y Carrió, los empresarios también acompañan esta postura y quieren que vuelva la vieja figura de un único ministro de Economía, que concentre en su área todas las decisiones que hacen a la materia.
Los hombres de negocios tienen tres preocupaciones fundamentales: el fracaso de las proyecciones económicas, con unos brotes verdes que se marchitaron rápidamente; el efecto que la presidencia de Donald Trump puede tener en los países emergentes y el déficit energético que sigue sin solucionarse.
Para ocupar el rol de superministro, cuenta Bonelli, los empresarios confían en Alfonso Prat-Gay, pero también ven con buenos ojos a Rogelio Frigerio, hoy al mando de la cartera del Interior. Pretenden, eso sí, que se terminen las internas y la parálisis de gestión por haber desmembrado el área en ministerios como Transporte, Producción, Energía y Hacienda y Finanzas.