El Gobierno de Mauricio Macri anunció un esquema de cortes de luz para la Capital Federal y gran parte del conurbano bonaerense, que afecta a más de 200 mil usuarios, con el fin de reducir el consumo energético en el país y evitar colapsos.
Este tipo de medidas no habían sido implementadas en el país desde 1988, cuando la Secretaría de Energía decidió realizar interrupciones rotativas del servicio de electricidad a raíz del déficit de generación de tensión producido por el bajo caudal de los ríos adyacentes, así como por dificultades en las plantas nucleares de Atucha y Embalse.
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Las zonas afectadas aquel entonces fueron la Capital y el Gran Buenos Aires, con cortes de cinco horas por turno, en distintos días y zonas, por lo que la gente debió restringir el consumo durante casi un año.
Las interrupciones del servicio habían comenzado en abril de 1988, pero se agravaron en diciembre, cuando el calor del verano comenzaba a agobiar a los argentinos, como en estos días donde rige la alerta naranja por el Servicio Meteorológico Nacional.
Ante la crisis, se conformó un Comité de Emergencia integrado por miembros de la Secretaría de Energía, a cargo de Roberto Echarte; del Ministerio del Interior, de la Secretaría de Cultura y de la Policía Federal. También estuvieron involucrados los ministros de Obras Públicas, Rodolfo Terragno, y de Economía, Juan Sourrouille.