El ex presidente de Brasil Lula Da Silva y la actual mandataria Dilma Rousseff mantienen una reunión tras el escándalo que se desató el pasado viernes cuando la Justicia se llevó en patrullero a declarar a Lula acusado de corrupción en medio del entramado conocido como Petrolao.
Apenas pasadas las 13:30, quien fuera el jefe de Estado de Brasil entre 2002 y 2010 recibió en su domicilio de San Pablo a la actual presidenta y su ex ministra. Luego de una hora, Rousseff saludó a los manifestantes, que se acercaron para darle su apoyo a Lula tras el trago amargo por parte de la justicia brasileña, que allanó su domicilio en busca de pruebas que lo incriminen. Según los fiscales, habría evidencia que Lula recibió dádivas de empresas contratistas de Petrobras.
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Dilma fue a apoyar a su mentor político, quien deslizó la posibilidad de intentar volver a la presidencia de la Nación cuando haya elecciones en 2018, si es que no prospera la intención del opositor PSDB, el partido de Fernando H. Cardoso, para llamar a comicios anticipados.
Lula sostuvo el viernes que "si me quieren derrotar me tendrán que enfrentar en las calles de este país". "A partir del lunes estoy dispuesto a viajar por todo el país. Si alguien piensa que me va a callar con persecuciones y denuncias, yo sobreviví al hambre, y quien sobrevive al hambre no desiste nunca", dijo.