“Significa realizar el sueño de muchas familias de tener el techo propio”, había dicho sobre los créditos hipotecarios UVA Mauricio Macri en una conferencia en el Banco Nación, en abril de 2017. La iniciativa, como bastión, pretendió ser un triunfo de la gestión de Cambiemos. Dos años después de haber prometido contener la inflación, el presidente tuvo que reconocer el error. “Estos créditos volverán a ser un éxito importante”, vaticinó este lunes en una sede del Banco Santander. A menos de un mes de las PASO, el Gobierno impulsó “medidas compensatorias” para quienes tomaron este tipo de créditos. ¿Realmente es una buena herramienta para destrabar el conflicto?
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Se trata de un subsidio temporal que tan solo tendrá en cuenta el período entre octubre de 2018 y diciembre de 2019. Puede solicitarse cuando la cuota del crédito (regida por el índice UVA) sea un 10 por ciento mayor de lo que poseedor hubiese pagado si la deuda se hubiera actualizado por el Coeficiente de Variación Salarial (CVS). Lo que exceda ese porcentaje será cubierto con fondos de la Secretaría de Vivienda de la Nación.
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En diálogo con El Destape, la diputada nacional Mónica Macha aseguró que esta medida es “totalmente electoralista”: “Es un parche a destiempo. No está orientado a las personas reales que tomaron los créditos, sino a la opinión pública en general, porque simula una instancia de escucha. Las familias han intentado llegar al presidente, al ministro del Interior Rogelio Frigerio y a otros actores importantes, y sistemáticamente se les ha negado las posibilidad de reuniones”.
Macha fue la primera que recibió a los hipotecados y firmó, junto con los diputados de todos los bloques de la oposición, un proyecto de ley de emergencia. Hoy está trabado debido a que el oficialista Eduardo Amadeo no habilitó el debate en la Comisión de Finanzas, la que él mismo preside. “La del proyecto fue una iniciativa que logramos incluso antes del frente electoral. Necesitábamos tener alguna propuesta que sea en el marco de la urgencia. Sabemos que este tema va a tener lugar en la campaña”, reconoce Macha.
Silvina Fernández y su familia adquirieron un crédito UVA hace poco más de un año y dice que el “sueño de la casa propia” duró poco. “Recuerdo cuando decían que la cuota iba a ser parecida a la de un alquiler, que sería una oportunidad única. Pero con el paso del tiempo se volvió insostenible. Cada mes aumenta más de mil pesos. A la vez, crece el capital adeudado exponencialmente”, cuenta a El Destape.
Y agrega: “Es verdad que el banco nos prestó plata, pero nosotros pusimos los ahorros de toda la vida. Sentimos angustia y desesperanza, nuestra calidad de vida se deterioró muchísimo”.
Se estima que son al menos 160 mil familias con la misma problemática, aunque no hay cifras oficiales. Más de 12 mil están agrupadas en el colectivo de Hipotecados UVA, con representación en la mayoría de las provincias del país.
“Nosotros pedimos cuatro medidas: dos de fondo y dos de emergencia. Las primeras están vinculadas al congelamiento del capital y al planteo de salir del sistema de indexación UVA, es decir, que se cambien las condiciones del contrato y se contemple otra dinámica que evalúe desde los salarios. Las de emergencia pretenden la suspensión de los remates y una suerte de ‘pedidos de gracia’, para que quienes hayan quedado desocupados no alcancen una situación de mora”, asegura a El Destape Federico Wahlberg, integrante del colectivo.
Paola Gutierrez, del mismo espacio, reconoce que este tema tiene que ser eje de campaña. “Javier González Fraga (presidente del Banco Nación) nos dijo que habíamos hecho un gran negocio y que si lográbamos alguna modificación íbamos a ser los responsables de que no existiera más el crédito hipotecario en la Argentina. La semana pasada estaba todo perfecto… pero las declaraciones de Macri demostraron que no”, manifiesta a El Destape.
El sobreendeudamiento crece desde 2016, desde el anuncio de los créditos. La pregunta constante es de cuánto serán las cuotas en los próximos meses sabiendo que están atadas a la inflación. Frente al panorama electoral, las respuestas del Gobierno no apuntan a resolver el conflicto de raíz y crece la incertidumbre de miles de familias.