Crece la expectativa de las multinacionales tras la abrupta devaluación de Macri

11 de marzo, 2016 | 17.29

Las compañías estadounidenses seriamente afectadas por una devaluación superior al 50% apuestan a realizar más negocios en el país. Confían en que el sacudón por la liberalización de la economía será corto plazo y abrirá paso a ganancias en un futuro más lejano.

El objetivo del nuevo gobierno de ponerle fin a la batalla con los fondos buitre cambió la relación entre Argentina y Estados Unidos. Esto se ve destacada por la visita a fin de marzo del presidente Barack Obama a Buenos Aires, la primera de un mandatario estadounidense en casi dos décadas.

Un análisis de Reuters de comunicados corporativos reveló que empresas que van desde Ford y Pepsi hasta Discovery Communications se quejan de que la devaluación les costaría mucho. Sin embargo, muchas también indicaron que los movimientos de la moneda eran parte de un paquete de reformas más amplio que a largo plazo las ayudaría a crecer.

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Mauricio Macrilevantó el cepo cambiario menos de una semana después de asumir la presidencia, con lo que apuntó a reactivar la economía, pero con efectos contrarios. Con la moneda local aún débil, el dólar se disparó desde los $ 9,60 hasta los $ 15,60.

Entre las compañías que ven un aspecto positivo en la debilidad del peso se encuentra Ford Motor. Si bien la firma "tuvo más de U$S 100 millones en malas noticias" por la devaluación a fin de 2015, el presidente financiero, Bob Shanks, dijo que cree que la reestructuración de Macri "es buena a más largo plazo".

Procter & Gamble también se refirió al impacto. Las devaluaciones -sobre todo en Argentina pero también en Rusia y México- costaron a P&G aproximadamente U$S 300 millones en diciembre y enero, dijo a analistas el presidente financiero, Jon Moeller. La compañía señaló que estaba "bien posicionada para participar" en el crecimiento esperado a partir de los cambios aplicados por Macri.

La gigante agroquímica Monsanto, que recortó las ganancias previstas para este año en parte debido a la disparada del dólar, analizó que si bien las presiones persistirían en 2016, ve un posible repunte el año próximo.