En su primer día bajo cuarentena obligatoria dictaminada por el presidente Alberto Fernández, Rosario amaneció como un día domingo. Esta mañana, el centro estaba semivacío a excepción de los supermercados. Los parques no mostraban su habitual paisaje de gente haciendo actividad física. Y la suspensión de clases ya venía mostrando postales de fin de semana en la zona central.
En los barrios, los pequeños comercios que venden alimentos abrieron sus puertas y trabajaban bastante. La ciudad de Santa Fe, capital de la provincia, registraba una semblanza similar. “Parece feriado. Pero aún hay movimiento. Mañana irá bajando”, comentó un colega ante la consulta.
En la cuna de la bandera los colectivos, que reciben triple limpieza en cada punta de línea como medida de prevención, circulaban con frecuencia reducida y los taxis no estaban obligados a estar en las calles, por lo que la presencia era irregular e intermitente, de casi un 20%.
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Anoche hubo otras dos detenciones, y en Rosario ya suman 29 los acusados de quebrantar la cuarentena de 14 días impuesta para contrarrestar el avance del coronavirus. El Ministerio Público de la Acusación implementó esta semana una fiscalía específica para ese tipo de delitos, que viene desarrollando una prolífica tarea.
En cuanto a los casos confirmados, ya hay dos en la región. Un joven de 28 años que volvió de Inglaterra y otro de 31 años que llegó desde España. En la provincia, los casos sospechosos son 33 y los descartados 45, y el gobierno anunció que la próxima semana ya se podrá hacer diagnóstico en Rosario. A su vez, en la vecina localidad de Granadero Baigorria se instalará el módulo hospitalario de emergencia anunciado por el Ministerio de Obras Públicas de la Nación.
En cuanto a la vida en la ciudad bajo el aislamiento, hubo malestar respecto de la actividad bancaria: mucha gente fue a hacer cola desde temprano, desconociendo que sólo están disponibles los cajeros automáticos, y la policía los mandó a su casa. Hubo enojos pero fueron disuadidos sin violencia.
Otro lugar donde se registraron problemas fue en el mercado de concentración de frutas y verduras, donde concurren los comerciantes a acopiarse para sus locales. Pudieron verse largas filas de vehículos durante la mañana, con gente ansiosa por llevarse mercadería.
Los verduleros se quejaron porque entre ayer y hoy los productos aumentaron entre un 30 y un 100 por ciento. Como ejemplo, la bolsa de papas que ayer costaba 350 pesos, hoy estaba 600. La cebolla pasó de 250 a 500. Y la zanahoria, de 800 a 1500. Allí deberá intervenir el Estado para poner orden y frenar la especulación.
El gobernador Omar Perotti dijo que la provincia actuará "con la mayor severidad" con quienes incumplan la cuarentena. Sería bueno que la misma dureza se replique con quienes quieren enriquecerse en medio de una crisis sanitaria.
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