El Gobierno desplegó una inédita batería de medidas de expansión fiscal para contener el golpe de la pandemia en la economía, que implica una inyección del equivalente al 2,4% del PBI. Los créditos blandos a MIPYMES para que no se rompa la cadena de pago ante la suspensión de actividades representan el mayor monto de este paquete. Está pensado principalmente para para que paguen sueldos el 1º de abril, pero no todos los bancos aceptaron entregar estas líneas por el riesgo de morosidad de las compañías. El Banco Central realizará ajustes que garantizarán su aceptación.
Las políticas de estímulo elaboradas por el equipo económico del Ejecutivo suman $ 522.810 millones si se aplican en su totalidad, de acuerdo al Centro de Estudios Scalabrini Ortiz (CESO). De estos, $ 350.000 millones (el 1,6% del PBI) corresponden a los préstamos a pequeñas empresas a tasa de interés negativa.
El viernes, el Banco Central aumentó los beneficios para las entidades: se trata de créditos de hasta el 24% anual (menor a la inflación proyectada) que les habilitan a aumentar su tenencia de Leliq, siempre y cuando entreguen más del 70% del dinero que les fue liberado por la baja de encajes. Pese a ello, algunos bancos se mostraron reacios a ofrecer estas líneas, ya que no están obligados, sino que el Gobierno los incentiva a que las entreguen. El más afectado es el segmento históricamente complicado por el financiamiento, las micro compañías.
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Fueron numerosos los reclamos que recibieron agrupaciones de pequeñas y medianas empresas sobre rechazos por el temor de las entidades a arriesgar dinero a compañías con alto riesgo de morosidad. Estas negativas engendran la posibilidad de crear una profesía autocumplida: si escasea el flujo se podría romper la cadena de pagos rápidamente, con el efecto expansivo que posee esto y, en efecto, que muchos acreedores no puedan cumplir con sus obligaciones. Otros bancos, comos el BBVA, pusieron a disposición desde el 17 de marzo líneas de hasta $ 3 millones por cliente, con una tasa del 20% anual.
Para que esta política alcance a quienes más la precisan, en las próximas horas el BCRA terminará de instrumentar cómo el Fondo de Garantías Argentino (FoGar), del Ministerio de Desarrollo Productivo, confirmaron desde la entidad monetaria a El Destape. Este les otorgará resguardo a las entidades financieras de que serán compensadas si alguna MIPYME no puede devolver el dinero. "Tenemos el compromiso de que luego de esto van a acompañar y será masivo", aseguró una alta fuente, que se mostró conforme con el arranque de esta medida.
Desde la Asamblea de Pequeños y Medianos Empresarios valoraron la decisión presidencial de paliar el impacto de las medidas de emergencia sobre la población más vulnerable y sobre las MIPYMES. "Es indispensable que las entidades crediticias, con aval oficial, den curso a los créditos dispuestos por el Gobierno y realicen esfuerzos solidarios para encontrar mecanismos que aseguren el fondeo de las empresas más desprotegidas en un momento crucial", expresaron en un comunicado.
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Las empresas que sobrevivieron al macrismo arrastraban una profunda crisis. Esto se reflejó en la caída interanual del stock de préstamos que le entregaron las entidades financieras por 15 meses consecutivos hasta enero de este año, último dato disponible. Allí, la masa prestada se redujo 23,4%, según las estadísticas del Central. En la comparación mes a mes se observó un abuso de las líneas de crédito en agosto de 2019, mes de las elecciones primarias, cuando algunas grandes compañías se apalancaron en medio de la especulación. En el período inmediato posterior, estas se derrumbaron 10,7%.
Los bancos, los grandes ganadores de siempre
Cambiemos se ocupó de que la ganancia generada por los trabajadores argentinos la concentren tres sectores: agro, energéticas y bancos. Por lo tanto, no se trata de los golpeados por la crisis, sino todo lo contrario.
El sistema bancario amasó $ 31.294 millones en enero pasado, de acuerdo al informe sobre bancos del BCRA. Esto implicó una merma del 40% respecto al resultado total integral de diciembre, pero un 20% más que el de noviembre y un 101% adicional al de enero de 2019.
La estanflación no tocó las utilidades de este selecto grupo, gracias a los préstamos hipotecarios UVA, con los que Macri le garantizó ganarle siempre a la inflación, y los múltiples instrumentos de especulación que les ofreció durante cuatro años. Aún hoy se mantienen sin ceder a ganar millones ni a arriesgarse a préstamos difíciles de cobrar aún cuando el Gobierno les entrega beneficios extra.