La ley de oferta y demanda en su máxima expresión. Digamos que hasta de forma exagerada. Luego de que Conmebol oficializara, en horas de la tarde del martes, a Lima como nueva sede de la final de Copa Libertadores entre River y Flamengo, los pasajes de avión no pararon de aumentar sus precios.
El tarifazo que las empresas aéreas impusieron es feroz (habitualmente, el viaje a Lima cuesta alrededor de 15.000 pesos) y hasta sale más barato viajar a Europa que marchar a tierras incas para observar el encuentro que se desarrollará en el estadio Nacional. Los vuelos sin escalas, es decir que son los más rápidos en llegar a destino (aproximadamente, ocho horas de viaje), oscilan entre los 80.000 y 110.000 pesos. Este monto es, claramente, sólo por un pasaje de ida y las tarifas corresponden al día 22 de noviembre (24 horas antes de la definición copera).
Lo curioso es que sale más barato viajar a Europa que ir a la final de la Copa Libertadores. En el mismo sitio de pasajes aéreos, emigrar hacia Paris cuesta entre 30.000 y 50.000 pesos. Las opciones también son las más rápidas para llegar a la capital de Francia, por lo que los parámetros comparativos son similares.
En conferencia de prensa, Alejandro Domínguez manifestó que aquellos aficionados que ya obtuvieron sus tickets para viajar a la vieja sede de Santiago de Chile tendrán importantes descuentos para sacar sus boletos hacia Lima. Fue un compromiso asumido públicamente por el presidente de Conmebol. Por el momento, todo ha quedado sólo en palabras.