El paro nacional de 24 horas ya comenzó y se hace sentir en la ciudad de Buenos Aires, que muestra calles vacías ante la falta de trenes, subtes y colectivos. Se trata de la segunda medida de fuerza contra el gobierno nacional en lo que va del año en reclamo de paritarias sin techo y modificaciones en el impuesto a las Ganancias, entre otros puntos.
El paro de los gremios nucleados en la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT) es acompañado por las organizaciones sindicales de izquierda, que realizan numerosos cortes de tránsito en la ciudad de Buenos Aires, el conurbano y el interior del país.
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En transporte, la medida de fuerza afecta la normal prestación del servicio de colectivos de corta, media y larga distancia; combis; subterráneos; tampoco funcionan las cinco líneas ferroviarios de carga de pasajeros y el servicio aéreo de pasajeros y de carga quedará totalmente afectados. Tampoco habrá recolección domiciliaria de residuos, transporte de caudales, distribución de alimentos, ni se transportará ganado para el mercado de hacienda.
Los estacioneros de servicios, gremio vinculado a la CGT Azul y Blanca de Luis Barrionuevo, adhieren a la medida por lo que tampoco habrá expendio de combustible.
El sector marítimo portuario quedará paralizado totalmente, pero la actividad bancaria funcionará normalmente aunque sí funcionarán los bancos. El secretario general de la UTA, Roberto Fernández, sostuvo - al ratificar el paro - que sus reclamos en materia salarial, impuesto a las Ganancias, inflación e seguridad no fueron escuchados, motivo por el cual forzaron la medida de fuerza.
Se trata del segundo paro con la misma modalidad en lo que va del año: un paro de todos los gremios de transporte a los que luego se suman las centrales opositoras de la CGT y CTA. El primero tuvo lugar el 31 de marzo. Luego de aquella medida de fuerza, el Gobierno anunció cambios en el impuesto a las Ganancias, que las centrales obreras consideraron insuficiente. A ese reclamo se le sumó el de las paritarias, que en varios sectores de la economía se cerraron con un 27% de aumento pero con otros adicionales para superar ese tope, a pesar de la negativa de Axel Kicillof.