Claudio Bonadio acumula nueve denuncias por mal desempeño

El juez federal Claudio Bonadío acumula nueve denuncias en su contra por mal desempeño de sus funciones. Coleccionista de armas, entre ellas algunas usadas sólo por militares, el magistrado debe responder, entre otras cosas, por la tragedia de Once.

Bonadío fue denunciado por usar su poder jurisdiccional como herramienta para imputar arbitrariamente a bomberos, policías y socorristas, a los fines de deslindarse de responsabilidad en el hallazgo tardío del cuerpo de Lucas Menghini Rey.

No es todo. El Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 5 envió al Consejo de la Magistratura, el órgano encargado de la selección y remoción de jueces, copias de la resolución adoptada por Bonadío, en febrero de 2011, cuando sobreseyó por prescripción a los imputados en la causa conocida como Tandanor.

El mismo órgano tiene, además, un pedido de sanción del 50 por ciento de sus haberes por otra causa tramitada en 2011, cuando Luis Alberto Echarren lo denunció por mal desempeño en la causa donde se investiga el contagio masivo de más de mil doscientos pacientes hemofílicos con los virus de HIV, Hepatitis B y Hepatitis C. De acuerdo a Echarren, desde el comienzo de la investigación el magistrado cometió irregularidades, que fueron denunciadas en sucesivas quejas ante la Cámara de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal, entre las que se cuenta la demora injustificada en citar a indagatoria a los imputados, tres años después de iniciada la causa.

El historial de denuncias no se agota. También por la tragedia en Once, el abogado Gregorio Dalbón, lo denunció por mal desempeño y posible comisión de delito en el ejercicio de sus funciones jurisdiccionales, al entender que Bonadio utilizó la causa para "fines propios y no para la búsqueda de la verdad" y que, desde el principio, direccionó la investigación a demostrar que se trataba de una acción fraudulenta del Estado. En este orden, según Dalbón, manifestó en los medios de comunicación masiva que "las pericias se vuelven anecdóticas", situación que a su entender es un hecho de gravedad.

Es un fanático de las armas. Además de su actividad diaria en los tribunales de Comodoro Py, el magistrado es un reconocido coleccionista que tiene en su casa un arsenal de 30 armas de fuego, entre las que se cuenta una Glock modelo C 18, utilizada sólo por militares.

Su pasión por los armas lo encontró, incluso, con la tragedia: en agosto de 2001 mató a dos delincuentes en un confuso episodio en la localidad bonaerense de Florida. El juez federal pensaba cenar esa noche con su amigo Miguel Angel Patrani cuando fue sorprendido por dos hombres en la esquina de San Martín y Matienzo.

Si bien la reacción de Bonadío se encuadró legalmente como "legítima defensa", no dejó de sorprender la violenta reacción del magistrado, que disparó un total de siete tiros sobre el cuerpo de uno de los jóvenes y dos sobre el otro. Además de la Glock calibre 40, que usó para abatir a los hombres que intentaron asaltarlo, Bonadío - cuentan sus allegados - acumula numerosas pistolas de esa marca y de muchas otras, así como fusiles de repetición, escopetas y revólveres.

Bonadío adquirió la Glock modelo C 18 calibre 9 milímetros, en julio de 2005. Una sofisticada arma pistola con la que se pueden disparar ráfagas de balas como una ametralladora. La Glock C 18 es utilizada por agentes del FBI y permite disparar un cargador de 19 balas por segundo. En el 2010 se vio envuelto en una nueva polémica cuando el constitucionalista Eduardo Barcesat pidió la prohibición de las Taser X26 para efectivos de la Policía Metropolitana.

Bonadio se declaró incompetente, pero avaló el uso de de la pistola propuesta por la fuerza de seguridad macrista, al aclarar que "no se encuentra probado que la pistola Taser X 26 sea necesariamente un instrumento de tortura". Y fue más allá: "Se trata de un instrumento de carácter disuasivo y no letal, todo ello conforme las especificaciones técnicas y de campo expuestas por el fabricante de las mismas", aseguró.