Choferes de la línea 60 que atraviesan un conflicto laboral por despidos desde hace 36 días liberaron el corte que realizaron por dos horas esta mañana en la autopista Panamericana en el kilómetro 42,5, a la altura de la localidad bonaerense de Ingeniero Maschwitz, para reunirse al mediodía con el ministro de Trabajo de la Nación, Carlos Tomada.
Los trabajadores, acompañados por empleados ferroviarios, agrupaciones universitarias y de izquierda, mantienen la concentración en la colectora desde donde esperan los resultados del encuentro a realizarse en la sede de la cartera laboral de avenida Leandro N. Alem.
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A diferencia de lo ocurrido el martes pasado, el bloqueo de dos carriles de la Panamericana se realizó de forma ordenada y en paz, con un fuerte operativo de Gendarmeria y Policía Federal bajo la supervisión del secretario de Seguridad, Sergio Berni, quien sobrevoló la zona desde un helicóptero.
Tomada, junto a su par bonaerense, Oscar Cuartango, y el jefe de Gabinete provincial, Alberto Pérez, se reunirán primero con el sindicato a cargo de Roberto Fernández, que ya mostró su desacuerdo con el comportamiento de los choferes al manifestar que es "un conflicto político porque los delegados no quieren más al grupo Dota".
En tanto, al mediodía, el ministro recibirá a miembros de la comisión interna de la línea 60 que reclaman la reincorporación de 53 despedidos, el cese del acoso laboral a los delegados y mejores condiciones de trabajo, confirmaron a Télam fuentes de la cartera laboral.
La jueza María Servini de Cubría levantó ayer la restricción que existía para sacar los colectivos desde las terminales a prestar servicio pero dispuso que para ello se le ajustara el mecanismo de la tarjeta SUBE, con lo que los trabajadores interpretaron que debían cobrar boleto, algo que no estaban dispuestos a realizar ya que pretendían mantener esa medida de fuerza.
En consecuencia decidieron volver a marchar hoy a la autopista Panamericana para protestar cortando el tránsito, tal como lo hicieron anteayer, cuando fueron desalojados por Gendarmería en medio de graves incidentes en los que se registraron heridos y detenidos.
La línea 60, que une Constitución con Tigre y también con Escobar, transporta a 250.000 pasajeros todos los días pero desde el 23 de junio los colectivos dejaron de salir a la calle por un conflicto con la empresa Monsa controlada por el grupo Dota.
Los trabajadores denunciaron un "lock out" patronal al impedirles sacar los colectivos a la calle sin cobrar boleto, mientras que la empresa aseguró que los choferes habían "usurpado las terminales" y que los colectivos que salían a la calle "no reunían las mínimas condiciones de seguridad".
En el medio hubo una medida de conciliación obligatoria que no fue acatada por las partes al no retrotraerse el conflicto a su inicio y medidas judiciales que impidieron a los trabajadores sacar los colectivos.