La caída del consumo y la producción de lácteos impacta en pueblos cuya población depende de empresas que emplean a personas del sector e inciden en el funcionamiento económico de la zona.
Un informe del Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV) sostiene que, en 2016, debido a la “alta inflación” y a la “recesión económica interna” en el sector lechero se “redujo drásticamente la producción primaria, el procesamiento de lácteos, las exportaciones y el consumo”. El estudio, que también se basa en datos de la Subsecretaría de Lechería, remarca que en el último año hubo el “menor consumo per cápita desde la salida de la crisis de 2001-2003”.
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Un ejemplo de esta crisis se observa en Centeno, un pueblo a 100 kilómetros de la ciudad santafesina de Rosario, que podría quedar devastado si se confirma el cierre de un establecimiento que la empresa Sancor tiene en esa pequeña localidad y en donde trabajan 68 operarios.
"Todo el pueblo depende de Sancor, de cerrarse la planta va a ser un golpe anímico y económico muy importante", afirmó a Economía Política (C5N) el presidente comunal de Centeno, Juan Gufi. "La Sancor es la vida misma de nuestro pueblo", sumó.