El periodista Pablo Duggan, que se dedicó a estudiar a fondo la muerte del fiscal Alberto Nisman, apuntó contra quienes tomaron las declaraciones de Mohsen Rabbani como una verdad revelada. El ex agregado de la Embajada de Irán en la Argentina dijo que, para él, el fiscal había sido asesinado para que nadie se enterara que no tenía pruebas para solventar su denuncia contra Cristina Kirchner y los funcionarios de su gobierno que promovieron y firmaron el Memorándum de Entendimiento para intentar avanzar con la investigación por el atentado a la AMIA.
"A Rabbani le creen que mataron a Nisman, a pesar de que lo consideran un terrorista. Y a los que nos quemamos las pestañas leyendo el expediente y contando lo que pasó no. Es raro no?", se preguntó el periodista en su cuenta de Twitter y agregó que "eso prueba que si te dicen lo que querés escuchar, no importa quién lo diga".
En diálogo con Radio 10, Rabbani aseguró: “Yo pienso que a Nisman lo mataron para que nadie se pudiera enterar de que tenía las manos vacías”. Tras afirmar que Irán no estuvo vinculado y apuntar que quienes lo hicieron no quieren que se descubra la verdad, lanzó que "cuando (el fiscal) quiso ir a la asamblea nacional argentina y todos lo esperaban, a la noche dijeron que había fallecido, que había muerto... ¿Quién lo mató?”.
Sin embargo, el iraní también aseguró que la merte del fiscal "es algo extraño" y sostuvo que "puede haber sido forzado para que se suicidara".
Esto fue lo que Duggan cuestionó, el hecho de titular en base a sus declaraciones y que, quienes lo hicieron, de repente optaron por creerle a alguien a quien consideran un terrorista.
A poco de cumplirse el quinto aniversario de la muerte del fiscal, la plataforma Netflix presentó un documental que, entre testimonios, archivos y documentos, lleva a pensar en la hipótesis de un suicidio, aunque eso deberá definirlo la justicia.
El juez Claudio Bonadio elevó la causa a juicio oral, aún sin fecha de inicio, pero la defensa de Carlos Zannini, procesado en la pesquisa, solicitó adelantar los testimonios del entonces secretario general de Interpol, Ronald Noble, y Joël Sollier, consejero jurídico de esa secretaría en 2013, cuando se selló el documento con el país islámico. Ambos aseguraron que la Argentina nunca pidió el levantamiento de las alertas rojas contra cinco de los ocho sospechosos del atentado, hipótesis principal del fiscal.