Érica Soriano desapareció hace ocho años de su casa de Lanús y todo apuntaba a que el responsable había sido su pareja, Daniel Lagostena. Ahora, el Tribunal Oral en lo Criminal Nº9 de Lomas de Zamora lo condenó por el crimen de su pareja.
Si bien el cuerpo de la mujer nunca fue hallado, para la Justicia no hay dudas de que él la mató. La pena se conocerá el próximo viernes, aunque la fiscalía había pedido 25 años.
Érica esperaba un hijo con Lagostena. El día de su desaparición, el último en verla fue Lagostena, quien la había acompañado al ginecólogo a una clínica de la Capital Federal.
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Cuando volvieron a su casa de Lanús, nunca más la vieron. La sospecha es que el hombre asesinó a la joven, que tenía por entonces una hija de 13 años, e incineró el cuerpo en un crematorio de Lanús al que habría accedido por una funeraria de un allegado.
El juicio comenzó el 4 de junio y pasaron más de 40 testigos. "Yo no la maté, ella se fue", insistió Lagostena en sus últimas palabras pero los familiares de Érica contaron que la víctima varias veces les había dicho que “vivía un infierno” junto a su pareja.
El acusado está detenido en la Unidad N° 40 del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB), en Lomas de Zamora, desde el 1° de mayo de 2016. Ese día fue la segunda vez que cayó preso por este caso. Había estado en la cárcel desde mayo de 2012 hasta diciembre del mismo año, cuando lo dejaron libre por falta de pruebas.
La fiscal de juicio Marina Rocovich, en su alegato, intentó describir el "círculo de violencia" en el que estaba enredada la víctima, que había dejado su casa en Villa Adelina para convivir con pareja en Lanús.
“Érica dijo en reiteradas oportunidades que lo que estaba viviendo era un infierno, un calvario”, recordó.