Cantieri: "El problema es la esperanza, si la gente no actúa, no sucede nada"

23 de enero, 2018 | 15.43

Por Adrián Pérez y Cristian Delicia

Mientras la Cámara de Diputados intentaba aprobar la ley de reforma previsional impulsada por el Gobierno de Mauricio Macri, afuera del Congreso todo era balas de goma, gases, confusión y gritos. En ese marco, la sencillez e hidalguía de un hombre común fue observada por miles: Daniel Cantieri sintetizó la grieta social que surca la realidad argentina.

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A partir del video registrado por #LaGarcía, los homenajes y clamores cibernéticos dieron vida al personaje. A un mes de su detención, El Destape accedió al pensamiento de Cantieri y conversó con él sobre la actualidad política.

-- ¿Qué balance hacés de estos dos años de la alianza Cambiemos en el gobierno?

-- ¡Estoy asqueado! ¿Cómo puede ser que gente tan incapaz, miserable, mucho más pobre que la peor de las pobrezas de la gente que está revolviendo todavía en los basurales, pueda estar dirigiendo un país sólo porque tiene plata? La pobreza mental, afectiva, la falta de empatía. No conocen lo que es la humanidad; conocen una estructura social dentro de la que se manejan y no cuestionan. Es parte de la educación privada que tuvieron. ¿Qué hicieron los Macri toda la vida? Destruyeron por el sólo hecho de destruir, de repetir la historia que ya han vivido. Esa gente no tuvo madre, no los amamantaron. Contrataban a una sirvienta para que les diera la teta porque les daba asco.

-- ¿Crees que el macrismo viene defraudando a sus votantes?

-- Los votaron los radicales que siempre odiaron al peronismo. Y la parte más enferma del radicalismo, porque no todo el radicalismo es excremento como no todo el peronismo es la misma mierda.

-- Cambiemos ganó las elecciones en 2015, hubo elecciones de medio tiempo y las volvió a ganar…

-- Sí, pero ese electorado pertenece al medio pelo argentino. Todos quieren llegar a vivir en Barrio Norte, repetir estupideces, no hacerse problema por nada ni por nadie y tratar a los demás como basura. Todos siguen sosteniendo su soberbia. No se van a dar por vencidos, yo tampoco (risas).

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-- ¿Cambió algo a partir de las movilizaciones de diciembre pasado? ¿Se puede esperar algún tipo de transformación social?

-- El problema es la esperanza. Todos estamos esperando que el otro resuelva. Si la gente no actúa, no sucede nada. La gente joven tiene que cuestionarse, actuar, hacer.

-- ¿Qué le dirías a la gente que te vincula con el kirchnerismo?

-- Siempre fui muy escéptico hasta el kirchnerismo, fuerza que desconocía y que al principio no voté. Cuando ví un presidente (Néstor Kirchner) que trataba de escuchar a la gente, conseguí tener una fe que no había podido sostener en el pasado. Observé que a los meses de su llegada al gobierno, cuando la gente salía a pedir comida, era asistida en lugar de ser golpeada.

Toda mi vida fue al revés: si alguien iba a pedir algo que necesitaba y tenía ese derecho, lo golpeaban.

-- Identificás al kirchnerismo con un período de bienestar.

-- Dieron los derechos que no había vivido nunca. Lo veo como una etapa superadora pero que no tiene que convertirse en falsas ilusiones. Los que ya teníamos, que los entregaron en los años 40 y 50, no los vi cuando los entregaron, entonces los vivía como algo cotidiano. Después nadie más dio derechos civiles y sociales. Que nombren otro gobierno que haya entregado esos derechos, desde el segundo gobierno de Perón a la fecha, que no sea el kirchnerismo.

-- Los seguidores de El Destape quieren conocer tu pensamiento político. ¿Te animás a un ping pong?

-- ¡Claro!

-- Cristina Fernández de Kirchner.

-- Alguien que tiene las cosas muy claras; con un objetivo común y latinoamericano.

-- Mauricio Macri.

-- Humanamente miserable. Un pobre tipo. No tiene posibilidades de hablar ni de expresarse. De una limitación personal que realmente da lástima.

-- María Eugenia Vidal.

-- La representación del cinismo.

-- Axel Kicillof.

-- La luchó dignamente, hizo todo lo que pudo. No sé si de todos los modos correctos, pero obviamente surfeaba mucho mejor que estos porque comíamos todos.

-- Las redes sociales.

-- Me parece que es más o menos como la película Brazil (Terry Gilliam, 1985): un error de tipeo y desaparecés, te chupan. No las manejo y trato de que no me manejen. Gracias a ellas soy conocido y gracias a ellas me doy cuenta de que la gente no se atreve ni siquiera a esbozar un insulto. Es un único mensaje: la globalización.

-- La CGT.

-- ¡Un asco! ¡Una cueva de traidores! Lo que menos les interesa, una vez que llegan, es el obrero. Se convierten en lo mismo que dicen combatir.

-- El periodismo.

-- Es como el peronismo o el radicalismo: ¡tiene tanta suciedad adentro! Si no, no se comprende por cuánto o por qué se venden. Mirá a Lanata. ¿Es más importante el afán personal? ¿Todo lo que vociferaste y echando leña al fuego era sólo para crecer vos? Por otro lado, está C5N. Primero se fue Navarro, después Víctor Hugo. ¡Cómo no se defienden entre ustedes! El periodismo tiene que quedar más en manos de jóvenes como ustedes, tiene que dejar de ser sólo un objetivo comercial.

El encuentro con Daniel Cantieri termina con una anécdota. Aquella madrugada del 18 de diciembre, al recuperar la libertad, quiso volver a la plaza de los dos Congresos pero le dijeron que la gente ya se había ido.

Caminó una cuadra cuando una persona le ofreció una remera. Tenés toda la camisa manchada -- le dijo el desconocido--. Tomá. Ponete esta remera encima para que no te marquen. A ver si te llevan preso de nuevo porque te ven desarrapado”.

Volvió a Ciudad Evita, como siempre, en el 91. Con el correr de los días, a sus manos llegó una botella de vino El Peronista; le enviaron calzados marca Justicialista. El pueblo empezaba arropar a este sobreviviente del conurbano bonaerense.