La Unidad 34 de Campo de Mayo se encuentra habilitada nuevamente como prisión militar y ya son 54 los genocidas condenados que habitan los pasillos de la cárcel VIP. Un pabellón de una cuadra de largo, con un pasillo central y cuartos divididos con paredes de durlock y puertas conforman esta Unidad 34, que cuenta con pocos penitenciarios, según los fiscales que recorrieron el espacio.
"Nos llamó la atención que la unidad no tienen una entrada independiente de la del Ejército. Hay que atravesar el predio militar para entrar. Si bien los controles son del Servicio Penitenciario Federal (SPF), está dentro del predio militar. Desde el punto de vista del vallado que tienen todas las cárceles, tiene un alambrado muy sencillo, no tienen una doble estructura de valla", describió la fiscal de la Unidad de Asistencia para causas por violaciones a los Derechos Humanos, Ángeles Ramos, en diálogo con Política Argentina.
Este contenido se hizo gracias al apoyo de la comunidad de El Destape. Sumate. Sigamos haciendo historia.
Campo de Mayo se dejó de usar como cárcel en 2013, tras la fuga de dos militares del Hospital Militar Cosme Argerich, por el riesgo de evasiones y las condiciones deficitarias de seguridad. El pasado 1º de diciembre el director nacional del SPF, Emilio Blanco, firmó la Resolución 2004 que volvió a habilitar la prisión militar para recibir a represores.
LEÉ MÁS: Volvieron los escraches a las casas de los represores libres
"No vimos en la visita que hubiera cámaras externas ni internas. Hay poco personal penitenciario. Hay personal militar que entra y sale de la unidad permanentemente. Hay una injerencia permanente de las fuerzas militares", sumó Ramos.
La semana pasada Ramos realizó una inspección de las instalaciones de Campo de Mayo junto a los fiscales generales Jorge Auat y Alejandro Alagia y la coordinadora de la Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad, Carolina Varsky. "No hay celdas, según la conformación que uno tiene de una celda. Es de una cuadra el pabellón, con un pasillo central y divisiones de durlock y puertas. Eso también nos llamó la atención. El personal habla de habitaciones, no de celdas", resaltó la fiscal.