Si hay un terreno donde Cambiemos logró pisar con fuerza desde que asumió el Gobierno, ese fue el Poder Judicial. El pasado 6 de diciembre el oficialismo ratificó que, a pesar de la crisis en que está envuelto, no pierde su poder de fuego en el tercer poder del Estado: logró imponer autoridades que le son afines tanto en el Consejo de la Magistratura, institución clave para la designación y remoción de jueces, como en la Cámara Federal de Casación Penal, la máxima instancia penal del país.
No obstante, el proceso en ambos órganos evidenció ciertas fisuras que podrían ser relevantes según como se desenvuelva el 2019.
El Consejo
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Tras la asunción de los nuevos integrantes, el Consejo de la Magistratura eligió sus nuevas autoridades. El plenario resolvió ungir como presidente al integrante de la Cámara Federal en lo Civil y Comercial y extitular de la Asociación de Magistrados, Ricardo Recondo. Ya en edad para jubilarse, por un acuerdo del Senado puede ejercer su cargo de juez hasta los 80 años.
Recondo, que en 1978, plena dictadura militar, asumió como secretario de la Procuración General de la Nación, fue uno de los principales opositores a las reformas judiciales que impulsó el gobierno anterior.
Marina Sánchez Herrero, esposa del presidente del bloque de diputados bonaerenses de Cambiemos, Maximiliano Abad, quedó como vicepresidenta. Será la voz de los letrados del Interior. La abogada marplatense llegó al cargo envuelta en un escándalo: encabezó la lista 5 en la elección para consejera, que fusionó fuera de los plazos legales a la nómina que impulsaba el radical Ernesto Sanz con la que apoyaba el operador judicial del PRO, Daniel “Tano” Angelici. Esta maniobra, que se realizó al ver el avance de la lista que expresaba al peronismo, fue judicializada.
La designación de las cabezas de las comisiones refleja las relaciones de fuerza interna.
Al frente de la estratégica comisión de Selección –donde se encaminan las postulaciones de los magistrados- fue ubicado el juez federal de Tres de Febrero, Juan Manuel Culotta. Egresado del colegio Cardenal Newman, al igual que Macri y distintos funcionarios del gobierno, se lo considera cercano al Gobierno aunque con cierto margen de “independencia”.
En la Comisión de Administración fue designado el abogado porteño Juan Pablo Mas Vélez, relacionado al radicalismo de la Ciudad y vicerrector de la Universidad de Buenos Aires. La Comisión de Reglamentación quedó a cargo de la senadora, también “boina blanca”, Inés Brizuela y Doria.
La novedad se dio en la Comisión de Acusación, donde se inician o se obstaculizan los procesos contra los magistrados. Estará encabezada por el jefe del bloque de senadores del peronismo, Miguel Pichetto. Reemplazará al frente de esta función al alfil judicial del PRO, Pablo Tonelli, quien continuará como consejero pero con un poder más recortado.
Al tratarse de un año electoral, la gran apuesta del PJ es poder conformar un “bloque peronista” entre Pichetto, los diputados Graciela Camaño (FR), Eduardo “Wado” De Pedro (FPV) y la santiagueña Ada del Valle Itúrrez de Cappellini (Frente Cívico por Santiago) con el objetivo de logar coaliciones “móviles” según las votaciones. De prosperar lo hablado entre las partes en la previa a la entrada en funciones de sus cargos, con sumar una voluntad más –se especula con que podría acompañarlos el camarista de San Martín, Alberto Lugones-, el oficialismo perdería la mayoría especial automática (9 de 13 integrantes) con la que manejó la elevación de ternas y remociones de jueces desde que Mauricio Macri asumió la presidencia.
El consejo se completa con Diego Molea, del estamento académico, y Juan Bautista Mahiques, representante del Poder Ejecutivo. Mahiques es subsecretario en el Ministerio de Justicia y DD.HH y está relacionado a Angelici.
La avanzada en Casación
El mismo día que se definieron los cargos en el consejo, y por apenas dos votos, Juan Carlos Gemignani fue elegido presidente de la Cámara Federal de Casación Penal. “Nunca se dio una votación tan partida”, aseguraron desde el tribunal. Asumirá el 1º de enero.
El vicepresidente primero será Carlos Mahiques, exministro de Justicia de María Eugenia Vidal en Buenos Aires. Es padre del mentado Juan Bautista, representante del Ejecutivo en el consejo. Llegó a este tribunal de la mano de Mauricio Macri.
Tanto Mahiques como Gemignani son cuestionados por sus pares. Por eso no sorprendió que cinco camaristas de los doce que hoy componen la cámara se hayan opuesto a sus designaciones. La votación concluyó 7 a 5.
Rechazaron su nombramiento Ángela Ledesma, Gustavo Hornos, Alejandro Slokar, Ana Figueroa y Guillermo Yacobucci. Entre los principales cuestionamientos se destaca el quiebre de un orden de selección “instituido” (siguiendo esa lógica debiera haber sido encumbrada Ledesma).
Según explicaron desde la cámara, para elegir a la autoridad “se toma en cuenta quién es el presidente cuando se incorporan nuevos magistrados al tribunal, quiénes se colocan detrás de los que venían ejerciendo. Los nuevos a la cola”. Mahiques es uno de los “nuevos” pero logró encumbrarse-.
Siguiendo el mencionado orden, Gemignani debiera haber tenido que esperar cinco años para llegar a la presidencia. Estaba detrás de Ledemsa, Hornos, Borinsky, Figueroa y Slokar. Estos dos últimos camaristas dejaron asentadas sus disidencias en la acordada 3/18, en la que se hizo efectiva la designación. Ambos coincidieron en que “corresponde elegir a las autoridades instituidas conforme el orden establecido”.
Por su parte, Figueroa sumó: “El juez propuesto por la mayoría, en la oportunidad que se encontraba en orden para el ejercicio de la Presidencia, declinó a dicha función, por lo cual no corresponde en este momento intercalarlo para dicho cargo". Y agregó: "Adicionando que por sus actitudes no ha demostrado ser el que mejor representará al Cuerpo, conforme las altas funciones institucionales asignadas”.
Es que Gemignani fue denunciado luego de la escandalosa detención de una secretaria por el delito de desobediencia (la envió a un calabozo de Comodoro Py).
Por su parte, a Mahiques se le cuestiona la forma en que accedió a la Casación federal: entró “por la ventana”, proveniente de la Casación ordinaria, con un decreto de Macri. No concursó para llegar a la máxima instancia penal del país.
A pesar de los cuestionamientos, Gemignani y Mahiques se impusieron gracias al apoyo de Eduardo Riggi, Mariano Borinsky y Liliana Catucci y los recién llegados Daniel Petrone y Diego Barroetaveña. No faltan quienes creen que con estos siete camaristas estaría asomando en este tribunal –que está dividido en 4 salas- un bloque teñido de amarillo.
Por lo pronto, en pos de cambiar un escenario que les era desfavorable (Ledesma no suele manifestarse en sintonía con los intereses que ellos representan), este grupo rompió el mecanismo que se venía utilizando y consideró que el que tiene los votos, impone al presidente.
Así las cosas, el Gobierno festeja: tendrá autoridades que le son afines en dos áreas sensibles del Poder Judicial durante un año electoral.